Capitulo 34

Elizabeth
-¡Pero miren quién está aquí!-gritó Sam cuando abrió la puerta.-¡Pensé que estaban muertas o algo! ¡Hace días que no se os ve el pelo!
Tanto Nastia como yo le sonreímos y le damos un cálido abrazo. Aprovechando el fin de semana estuvimos de campamento con los Thompson, luego con la fiesta de los gemelos, así que sólo nos vimos en el instituto. Pero hoy tocaba "tarde de amigos". Veríamos alguna peli y jugaríamos a algún estúpido juego.
Caminé por el pasillo y dejé la chaqueta en el perchero, luego entré al salón y el humo inundó mis sentidos. Nate estaba sentado en uno de los sillones y Sue estaba apoyada en su regazo, sonriéndose el uno al otro. Amanda estaba apoyada en el brazo del sofá, esperando por Sam.
-¡Hola a todo el mundo!-los saludó Nastia mientras pasó por mi lado y se dejó caer al lado de Amanda.
Yo solo asentí con mi cabeza hacia ellos, en forma de saludo. Sam volvió al salón con un DVD en la mano y lo alzó para llamar la atención.
-¿Qué os parece Fast and Furious 5?
-¿Otra vez?-preguntó Nate mientras Sue apoyaba su cabeza en el cuello del chico.
-¡Eh, la vimos la semana pasada!-contestó Sam a la defensiva.
-¡Por eso mismo! Hermano, tienes que abrirte a cosas nuevas, en serio.
-¿Y si vemos Alicia en el país de las Maravillas?-preguntó Nastia ilusionada.
-¡Sam mete el puto DVD ahora mismo! ¡Quiero ver Fast and Furious antes de que mi hermanita empiece a lloriquear para ver El rey león!
Nastia se cruzó de brazos indignada. Me recordaba a una niña pequeña. Me mordí el labio para no reírme, ya que no le gustaba que se rieran de ella, y me senté en el sofá a su lado. Cuando la película comenzó no pude evitar preguntarme que estaría haciendo Alan ahora mismo. Sé que es estúpido, pero me había acostumbrado a él, a verlo todos los días y a pasar tiempo juntos. Últimamente ya no nos llevábamos tan mal y los gemelos ya no eran los diablillos que solían ser. Las cosas habían cambiado...en algunos aspectos. Aún recuerdo la fiesta de Jake y Ronald. Alan se veía magnífico en su disfraz de bombero, más que nada porque dejaba a la vista esa tan esculpida tableta suya. Cada chica babearía por él, incluso...¡arrgh! Incluso Ann. No conocía de nada a esa chica, pero no me gustó la forma en la que lo miró, ni me gustó la forma en la que él la miró a ella. ¿No se supone que era YO su niñita inocente? ¿Ahora qué demonios pintaba ella aquí?
-Nunca pensé que mi niñera tuviera su faceta sexy.
Entrecerré los ojos en su dirección mientras llevaba el vaso de Fanta a mis labios. Mmmm, me encantaba la naranja.
-¿Y qué te ha hecho cambiar de opinión?
Alan escaneó mi vestido de Blancanieves de arriba abajo. El ajustado corsé azul con rayas amarillas se pegaba a mi como una segunda piel, con un escote suficiente como para mostrar gran parte de mis pechos. La diminuta faldita amarilla con dos lacitos rojos a los costados dejaba poco a la imaginación y todo esto iba combinado con unas medias rojas. Sip, definitivamente sexy. 
Alan sonrió abiertamente cuando acabó con su investigación visual.
-Definitivamente el vestido. ¿Podrías venir a cuidar de nosotros disfrazada?
-Mmmm-puse mi dedo índice encima de mi barbilla e hice una mueca.-La próxima vez iré de moja.
-Espero que sea de monja sexy.-Alan me guiñó un ojo y sacudí la cabeza.
-Oh no. Será un hábito de moja real.
Su clara desilusión se reflejaba en su rostro y me reí, cuando una muchacha de mi edad se acercó a nosotros. Era linda y parecía ser tímida. Alan enseguida la vio y le sonrió saludándola.
-¿Qué haces por aquí?-le preguntó él. 
-Pasé a traer a mi hermano.
-Ah, eso explica por qué no estás disfrazada.
-Pero tú lo estás.-ella sonrió y le miró mientras se ruborizaba. Alan le guiñó un ojo.
-Nunca pensé que lo mío fuera ser bombero.
La chica soltó una pequeña risita y mi pecho se contrajo. ¿Estaba él coqueteando con ella? ¿Delante de mí? Sé que es estúpido, pero me sentía...mmm, ¿dejada de lado? ¿Invisible?
Dejé mi vaso de Fanta encima de la mesa y desaparecí hacia la mesa de los niños, dejándolos a ellos dos solos.
El grito de Nastia me sacó de mis recuerdos. Miré a la pantalla e hice una mueca al ver la sangre. Las películas de acción no eran lo mío. Suspiré y miré el reloj. Todavía era temprano y teníamos una tarde por delante.

Alan
Llevé la botella a mis labios, el alcohol bajaba por mi garganta. Luego se la entregué a Luc y el le dio otro trago. Abrimos las puertas laterales del coche de James y salimos al campo. No había nada alrededor, salvo campo y una pequeña casa abandonada. Habíamos venido aquí millones de veces para hacer botellones, y esta tarde tendríamos otro. Ponerme pedo me vendría bien para dejar de pensar en Eli y en lo jodidamente perfecto que le quedaba el vestido de Blancanieves.
Seguí a Luc y a James hacia el interior de la casa y nos encontramos con los demás. Me dejé caer contra una de las sucias paredes y me deslicé hacia abajo quedando sentado en el frío suelo.
-Chicos, debéis saber que mi vida apesta.-gritó Cal, que se encontraba sentado en un sofá roto y zarrapastroso al otro lado de la caída habitación.
-¿Qué hiciste ahora idiota?-le preguntó juguetonamente James.
-Eché un polvo con mi profe de química.-contestó antes de darle una calada al porro.
-¡NOO!-gritamos todos a la vez, riendo. El asintió y las carcajadas aumentaron.
-¿Y cuál es el puto problema?-intervino esta vez Luc.
-Bueno...-Cal se frotó la cabeza y frunció el ceño.
-¡Señoras y señores, su profe tenía 50 y estaba llena de arrugas!-aclaró James. Todos nos reímos pero Cal le tiró una de las latas vacías de cerveza.
-¡Bastardo hijo de perra!
-Si no es eso, ¿entonces cuál es el problema?-le pregunté.
-Como que ella...osea...me gusta. Lo que quiero decir...eh...
-¡Oh, Cal está enamorado!-cantó Andrew mientras se ponía en pie, tambaleándose con una botella de ron en la mano.
-¡NO! ¡NO LO ESTOY!
-¡SI LO ESTÁS!-gritamos todos a la vez, igual que si fuéramos un puñado de críos.
-¡ Váyanse a la mierda!
Cal salió de la casa y todos nos reímos. Luc se sentó a mi lado y me devolvió la botella de ron.
-¿En qué estás pensando?-preguntó. Le di un trago a la botella y me di cuenta de qué ya había bebido bastante desde que dejamos mi casa, hacía unas dos horas casi. Y todavía ni siquiera era de noche.
-En nada.-le contesté cortante.
-Excepto en lo bien que se veía ese ajustadito disfraz en Eli, ¿verdad?
Le miré como si quisiera escupir las palabras dime-qué-no-has-estado-mirando-las-tetas-de-mi-chica. Excepto que ella no era mi chica.Y de alguna manera eso se sentía...no sabía como se sentía, solo sabía que quería tenerla. A ella. No a Ann. No a Mónica. A Elizabeth.
-Luego nos vemos.-me despedí de Ann.
Eli acababa de dirigirse a la mesa de los niños y me había dejado solo. Bueno no solo, sino con Ann, pero yo en ese mismo momento no quería estar con mi vecina, quería pasar mi tiempo con mi niñera. La alcancé y apoyé mis manos en su cintura mientras me acercaba a su oído.
-¿Por qué te has ido?
Ella quitó mis manos de sus caderas y se dio la vuelta para enfrentarme.
-Te lo estabas pasando bastante bien con la chica, no quise ser un estorbo.
Las palabras salieron de forma calmada de su boca, pero había cierto toque malicioso.
-¿Celosa cariño?-pregunté sonriendo y alzando una ceja.
-Punto uno; soy tu niñera, no me llames cariño. Punto dos; ¿de qué debería estar celosa? ¿De qué estás utilizando tu encanto para hacer que se le caigan las bragas a la pobre chiquilla?
Juro por Dios que lo que se cayó, fue mi boca, abierta. ¿Desde cuando hablaba Eli así? Mi dulce e inocente niñera no hablaba así.
-Joder, ¿el italianito te corrompió o algo?-ella quería contestarme pero no le di la oportunidad-Y si quisiera hacer que se le caigan las bragas a alguien, bueno esa no sería Ann.
Sin darme cuenta me había acercado a ella y había quedado acorralada entre mi cuerpo y la mesa de dulces. Su mirada seguía sosteniendo la mía, pero sus mejillas se habían vuelto rosadas.
-Bueno, si te refieres a mí, nunca lo conseguirás. Los tios como tú no hacen efecto en mí.
-Sí, creo que tienes razón-le dije pasando mi dedo índice por sus labios.-Tú eres más de niñatos cursis con coches super caros, acento italiano y ojos azules.
Ella tragó saliva y asintió nerviosamente con la cabeza.
-Me alegra que lo hayas comprendido.
Le di otro trago a la botella y empecé a aplaudir cuando Andrew empezó a bailar el Oppa Gagnam Style-una versión a lo borracho, tambaleándose y apenas manteniéndose en pie-.

Elizabeth
Los chicos se habían quedado jugando al Fifa en el salón, así que las cuatro subimos a la habitación de Sam y nos dejamos caer en la cama.
-Estoy taaan cansada.-dijo Sue mientras estiraba sus brazos hacia el techo.
-Una tarde de amigos es agotadora, ¿eh?-le pregunté con una dulce sonrisa en la cara.
Mi móvil comenzó a vibrar dentro del bolsillo de mis pantalones. Lo cogí y cuando miré la pantalla solo vi uno número, sin nombre. Apreté el botón verde y me llevé el móvil a mi oreja.
-¿Quién es?
-¡TE NECESITO!
Las chicas me miraban y yo fruncí el ceño al no reconocer la voz.
-Perdona pero, ¿quien eres?
-¡El único tío que te pone tan caliente que necesitas frotarte!
-¡¿Qué?! Mira si esto es una brom...
-Mi niña bonita, brillante lucero...
Choqué la palma de mi mano contra mi frente. ¡Era Alan! ¡Y estaba borracho! Por eso me costó reconocer su voz. Solté una carcajada mientras él seguía cantando, mezclando canciones y ritmos e hipando.
-Alan, estás borracho, vete a la cama.
Los ojos de Nastia se abrieron y me hizo un gesto para poner el móvil en manos libres. Suspiré e hice lo que ella me pidió.
-¡Oye, Oye, Oye! ¡Solo porque seas mi niñera no significa que debas decirme cuando me tengo que ir a la cama!
En realidad, sí me daba derecho. Eso es lo que hacían las niñeras. Cuidar a los niños y mandarlos temprano a la cama. Pero supuse que razonar con Alan en ese estado sería prácticamente imposible.
-Mira Alan...
-¡Eo, eo, eooo! I'll seeend a S.O.S tooo the woooorld...
Nastia y yo soltamos una carcajada a la vez al escuchar la voz de Luc, intentando cantar esa canción del grupo The Police, pero arrastrando bastante las palabras debido a su borrachera. Esto era mag-ní-fi-co. Menos mal que nos encontrábamos lejos de ellos. La experiencia me decía que estar cerca de alguno de estos dos cuando están borrachos, no es algo que yo quiera hacer.
-Genial chicos, si formáis una banda os apoyamos.-dijo Nastia entre risa. Sue y Amanda negaban con la cabeza, divertidas.
-¡Va, va, va! ¡Por ser VIPs os dedicamos una canción!-nos dijo Luc ilusionado. Le susurró algo a Alan, se rieron un poco y se aclararon la garganta.-¡VA!
-When you love someone it feels so right so warm and true. I need to know if you feel it too.
Nastia y yo nos reímos cuando ellos comenzaron a cantar la canción, haciendo grandes intentos de no hipar, reírse o cambiar las palabras. Pero poco a poco dejamos de reír, aunque las sonrisas no se borran de nuestras caras.
-Maybe I'm wrong, Won't you tell me if I'm coming on too strong? This heart of mine has been hurt before.
Amanda alzó las cejas una y otra vez, claramente divertida. Nastia y yo nos miramos mordiéndonos los labios mientras seguíamos escuchando cantar a los chicos a través del móvil.
-This time I wanna be sure. I've been waiting for a girl like you to come into my life. 
-Pedazo de cretinos, ¿cuándo os habéis vuelto cursis?-se escuchó una voz al otro lado de la línea.
-No somos cuuuursis.-afirmó Luc.
-Nop. No lo somos. Pero el ex de mi niñera lo era. Un italianiiito cursi con acento.-se rió Alan.
-Chicos, estamos cansadas, si no tenéis nada más que decir...-dijo Nastia, pero antes de darle tiempo a colgar se escuchó la voz de Luc.
-Nasstiaa, teee voy a deciir una cossaaa...que see que estaaas ahí-dijo Luc arrastrando las palabras-¿Saaabes que soy Peeeter Pan, no?
-Si, Luc-respondió ella con una sonrisa
-Pues essta noche...dejaa la ventanaa abieeeerta, porquee voooy a bussscar mi soombra entree tus pieernas..
Me tapé la boca y parpadeé para no descojonarme o morirme allí mismo mientras que Nastia sostenía el móvil con cara de poker.
-¡Así se habla Luc!-dijo una voz masculina al otro lado de la línea.