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Capitulo 30


Elizabeth
Me agacho para recoger otra rama y colocarla en los brazos de Alan, donde están las demás. Él se ofreció voluntario para cargarlas mientras yo las recogía. Llevamos ya diez minutos caminando sin rumbo, en busca de leña. Antes de darme cuenta oigo un ruido y me giro. Alan acababa de soltar todas las ramas al suelo.
-Descansemos un rato.-me dijo mientras se sentaba en el suelo.
¿Se había cansado ya? ¡Pero si ni siquiera llevaba más de cinco kilos de peso. Suspiré y caminé hasta un árbol cercano, sentándome en el suelo y apoyándome contra el tronco.
-¿Me tienes miedo?-fruncí el ceño sin comprender, pero luego negué con la cabeza.-Entonces, ¿por qué te vas a siete kilómetros de mí?
No quería decirle que la verdadera causa era para no tentar aún más a la suerte y porque me sentía incómoda, así que me encogí de hombros. Alan se levantó del suelo y caminó hasta donde yo estaba. Se sentó en el suelo a mi lado y echó su cabeza hacia atrás. Nuestros brazos se estaban tocando y sentía como mi piel quemaba.
-Eli...Quisiera poder decirte que lamento haberte besado en la fiesta, pero no lo hago. No me arrepiento de ello. No sé, fue...-volvió su cabeza hacia mí y me miró a los ojos. Las comisuras de sus labios se levantaron en una tierna sonrisa y sentí que me iba a quedar sin aire.-Me gustó. Mucho. No sé por qué huyes.
-Yo no...-me callé cuando sus dedos acariciaron mis mejillas.
-Si lo haces.
Quería decirle que yo quería un novio de verdad. Un novio que se preocupara por mi y me amara. La relación que él tenía con Mónica no se basaba en eso, podía darme cuenta de ello. Y yo nunca estaría dentro de una relación que solo se basaba en sexo.
Me levanté y me limpié los vaqueros con las manos mientras comenzaba a caminar.
-Deberías recoger unas cuantas ramas más y volver.
Me di la vuelta para mirarle y noté algo extraño. Su mirada...era como si...¿tuviera miedo? ¿Pánico?
-¿Pasa algo?-le pregunté.
-Em, esto...Eli...-se rascó la cabeza buscando una solución y yo hice un movimiento con mi cabeza para que siguiera-Creo que nos hemos perdido.
-¡¿Qué?!¿Cómo que perdido?
-Verás...Date la vuelta.
Hice lo que el me pidió y miré el camino. Solo había un error. No había dicho camino. Todo era hierba y árboles. Habíamos llegado hasta aquí por un camino de piedra, pero ahora no había ni rastro de él.
-¿Cómo...?-pregunté asustada.
-Creo que ambos estábamos tan concentrados en tratar de evitar al otro, que ni cuenta nos dimos en el momento que nos empezamos a alejar del camino.
Negué con la cabeza.
-¡No! ¡No! ¡No! ¡Esto no puede estar pasando!
-Eh...-Alan me cogió de los hombros y me hizo darme la vuelta. Su voz era suave y calmada.-Todo está bien, no te preocupes. Todavía no es de noche y en seguida encontraremos el camino de vuelta.
-¿Pero y si...no lo encontramos?-Alan sonrió y me acarició la mejilla.
-Lo haremos. Y si no ya encontraremos una solución.

Alan
Llevábamos más de media hora caminando y empezaba a creer que nos movíamos en círculo. No quería que Eli entrara en pánico, pero no podía hacer nada más aparte de sonreír y decirle que todo está bien. El hecho de que nos hayamos perdido, para mí tampoco se veía tan mal. Estaba a solas con ella. Esto era casi perfecto. Casi porque obviamente no la quería en estado de pánico.
Vimos el río y en nuestro camino estaban unas altas rocas de las que probablemente se podría ver los alrededores. Dejé las ramas en el suelo y la cogí de la mano.
-Subamos allí, tal vez podremos ver donde están las tiendas de campaña.
Asintió y nos dirigimos a las rocas, escalando poco a poco. En la cima estaban bastantes húmedas, seguramente por alguna que otra ola grande que venía y chocaba contra ellas. Me disponía a mirar más allá del río cuando el grito de Eli me hizo darme la vuelta. Se había resbalado y había caído al río. ¡Maldición! ¡Ella no sabía nadar! Ni siquiera me detuve en quitarme la camiseta, salté inmediatamente a por ella.
Mi cuerpo chocó con el agua y dos segundo después ya tenía a Eli entre mis brazos. Tosió y escupió agua, mientras se agarraba a mi cuello.
-¿Cómo demonios te puedes resbalar tonta?
Me envió una mirada asesina y sonreí. Estaba empapada entera y la ropa se pegaba a su cuerpo. A pesar de que yo no podía ver nada porque estábamos en el agua, sabía que cuando saliéramos a la superficie tendría una vista magnífica de ella. Vi como sus mejillas iban tomando un color rosado y mi sonrisa se amplió aún más. Ella también era consciente de la situación. Nuestras bocas estaban a centímetros la una de la otra y nuestros cuerpos se balanceaban al mismo ritmo a causa del movimiento del agua. Logró pegarme un manotazo en el brazo mientras me gritaba:
-¡Eres idiota!
-Ahora, me irás a decir que te caíste por mi culpa, ¿verdad?-ella rodó los ojos mientras intentaba alejarse un poco de mí, manteniéndose aún bien sujeta a mi cuerpo.
-Obviamente. Si no fuera por tu "Subamos allí, tal vez podremos ver donde están las tiendas de campaña." ahora estaría seca.
-No. Si no fueras tan torpe, estarías seca.
Ella abrió la boca para contestar, pero un chaparrón de agua hizo contacto con nuestras caras.
-¡¡Callaros ya!!-Ambos nos giramos para ver a Luc y a Nastia, que estaban a pocos metros de nosotros. Luc tenía las manos sobre la cabeza y suspiraba intentando mantener la calma.-¿Podéis dejar de pelear? Me duele la cabeza por vuestra culpa.
Eli apretó sus labios en una firma línea mientras intentaba asesinarnos con la mirada tanto a mí como a Luc.
-Oye, a mi me ha gustado el salto que ha dado Alan cuando ha visto que Eli se estaba ahogando. Tú nunca harías eso por mí.-dijo Nastia mientras juntaba sus manos encima de su pecho dentro del agua.
Me di cuenta entonces de que ellos solo llevaban la ropa interior y levanté una ceja mirandoles con curiosidad.
-¿Y vuestra ropa? Espera...-me llevé una de las manos a la boca, imitando una señal de sorpresa.-¿Estamos interrumpiendo algo?
Los ojos de Eli se abrieron como platos y las mejillas de Nastia se volvieron rosadas al darse cuenta de la situación.
-Hombre, os podéis juntar y nos montamos una orgía.-dijo Luc tras guiñarle un ojo a Eli. Nastia le pegó fuerte en el brazo y le dio una fuerte patada por debajo del agua.
-¡No seas imbécil!-se volvió hacia nosotros para decirnos.-No habéis interrumpido nada, porque no había nada que interrumpir. Solo estábamos dandonos un baño.
-Claro.-contesté asintiendo.-Porque hace taaaanto calor que buf...¡uno no se puede resistir a la tentación!
-¿Ves? ¡Exactamente!-contestó Nastia sonriente.
-¿Entonces...lo de la orgía?-volvió a preguntar Luc.
Nastia dio un grito de frustración, pero no les presté atención. Giré mi cabeza para ver a Eli, y sorprendentemente ella también me estaba mirando. Sonrió con ternura y me incliné para susurrarle al oído.
-Si cojo un catarro por tu culpa, quiero que vengas vestida de enfermera sexy a cuidarme. Al fin y al cabo eres mi niñera.
Ella abrió la boca para decir algo, pero la pelea de agua que estaban teniendo los otros dos a nuestro lado nos llamó la atención. Abrió los ojos y negó con la cabeza cuando yo la cogí de la cintura y la sumergí dentro del agua. La saqué enseguida y empezó a escupir y a quitarse el agua de los ojos.
-¡¡Eres...!!
No le dio tiempo a acabar porque la volví a sumergir. Luego la saqué y la acerqué a mi pecho, sosteniéndola fuerte para que cogiera aire y su pulso volviera a latir con normalidad.
-Recordaré esta escena cuando me toque pincharte con una jeringuilla.

Elizabeth
Saber que lo único que me separaría de Alan esa noche sería una misera cremallera no era nada confortador. Nastia y yo tendimos nuestros sacos de dormir y nos pusimos los pijamas. Era junio, pero las noches seguían siendo frías, además ni siquiera de día hacía mucho calor, así que nuestros pijamas consistían en unos pantalones largos con camisetas de manga larga también. Ahora bien, eran muy distintos.
El mío, era de cuadros azul celeste con blanco. Los pantalones colgaban de mis caderas, holgados hasta abajo del todo y la camiseta era tan larga que me tapaba el culo. El de Nastia era todo lo contrario. Siendo fiel a su religión, los pantalones negros eran semejantes a unos leggins, ajustados y de corte bajo y en la parte de arriba llevaba una simple camiseta de tirantes blanca, que revelaba mucho más de lo que tapaba.
-Pero si les ganan con 2-0 todavía podrían subir.-oí decir a Luc.
-Ya, pero seamos honestos, nunca tendrían una oportunidad para las semifinales.-argumentó Alan.
Llevaban por lo menos media hora hablando de fútbol. Me estaban sacando de quicio, y creo que a Nastia también porque no paraba de suspirar, haciendo que su pecho bajara y subiese intentando tranquilizarse.
-¿Podríais dejar de hablar de fútbol?-les gritó, aunque no hiciese falta, al fin y al cabo están a solo dos pasos de nosotras.
-¿Te molesta?-preguntó Luc.
-Mmmm como que si.
Escuché el sonido de la cremallera y me di la vuelta para ver a Luc asomar la cabeza en nuestro "cuarto".
-T-e  j-o-d-e-s.
Nastia cogió la almohada y se la tiró a la cara, pero el se cubrió tapándose con la "puerta" de tela. Cuando volvió a asomar la cabeza ella le enseñó el dedo corazón mientras decía.
-¡Súbete y empieza a girar!

Todo parecía estar tranquilo dos horas después cuando los chicos dejaron de hablar. Nastia estaba tumbada boca arriba, con los ojos cerrados mientras no dejaba de dar golpecitos con su dedo índice sobre su tripa, llevando el ritmo de alguna canción.
-¿Qué canción no se te sale de la cabeza?-ella ni siquiera abrió los ojos cuando escuchó mi voz, simplemente sonrió y me contestó.
-Firefly, de Ed Sheeran.
Asentí con la cabeza mientras pensaba en aquella canción. Era preciosa.
-¿Por dónde vas?
-Little one lie with me...-sonreí y empecé a murmurar con ella.
-Sew your heart to my sleeve, we'll stay quiet underneath, shoothing stars if it helps you sleep.
-Hold me tight.-otros dos murmullos se unieron a nosotras y luché contra las ganas de gritar por el susto o de reír por escucharlos cantar.-Don't let me breathe, feeling like you won't believe. 
Nuestras voces ya no eran murmullos, ahora se oían con perfección-aunque no demasiado alto como para despertar a los gemelos o a los padres de Alan.
-There's a firefly loose tonight better catch it before it burns this place down, and I lie If I don't feel so right, but the worls looks better through your eyes.
De pronto nos quedamos en silencio y la cremallera se abrió. Alan hizo una mueca con la boca.
-Demasiado ñoña para mí, pero me gusta.
Luc asintió con la cabeza, dándole la razón a su amigo. Me volví hacia Nastia que ahora se encontraba sentada de piernas cruzadas.
-¿Ellos acaban de cantar una canción de Ed Sheeran?
-Pobre de mi niñera...-dijo Alan negando con la cabeza.-Gracias al chapuzón con agua fría, su sangre ya no circula con normalidad, mírenla. Tiene retraso.
Me levanté y le empujé con fuerza de nuevo hacia su pequeño cuarto. ¡Demonios, tenía que dormir! Seguramente ya era pasada media noche y algo me decía que estos dos no se callarían pronto.



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