Capitulo 56

Elizabeth
-Mamá, por favor, deja de llorar.
-Mi hija se va a la universidad...-dijo hipando-¡a Sevilla! ¿No pudiste escoger una más cerca? Sé que solicitaste aquí en Madrid...¿por qué no te quedas aquí?-me preguntó con las lágrimas corriendo por su rostro.
¡Claro! Explícale a tu mamá que quieres irte a Sevilla para disfrutar de la playa y estar lo más lejos posible de tus padres.
-Mamá, Nastia irá a esa universidad también...acabo de hablar con ella y la han aceptado.
-Pero aún así...-ella seguía llorando. Me acerqué a ella y la rodeé con mis brazos en un abrazo de oso.
-No te preocupes...todavía no me voy. Tengo casi dieciocho años, tienes que acostumbrarte a la idea de qué pronto me iré.
Ella negó con la cabeza, sorbiéndose la nariz.
-No, cariño... quédate con mamá.-me pidió con ojitos de cachorrito. Negué con la cabeza y suspiré. Las madres...

Alan
Había llamado ya un par de veces a Luc y seguía sin contestarme. ¿Qué demonios estaría haciendo? Me levanté del sofá y caminé hacia la puerta cuando escuché el timbre. Jake y Ronald acababan de salir al parque porque habían quedado con unos amigos, así que supuse que se les había olvidado algo y habían vuelto a por él.
-¿Y ahora qué os habéis olvi...?-pregunté automáticamente al abrir la puerta.
Pero los que estaban al otro lado no eran mis hermanos, sino mi novia. Eli me cogió de la camiseta y me acercó a su cuerpo, poniéndose de puntillas para darme un beso. Apenas lo vi venir y cuando ella volvió a poner distancia entre nosotros quedé confundido.
-¿Esperabas a alguien?-me preguntó con una voz muy inocente, batiendo sus largas pestañas hacia mí.
-Hmmm...pensé...yo...pensé que eran mis hermanos.
Ella levantó una ceja y miró detrás de mí.
-Oh...sí, pasa.
Le abrí la puerta y ella entró riéndose.
-¿Tus padres no están?
-Mmmm, no. Están trabajando hoy.
Se dejó caer al sofá y yo me senté a su lado, rodeándola con mis brazos y besando su frente.
-¿Qué tal tu día?-le pregunté. Ella pareció tragar saliva y luego se humedeció los labios. ¡Dios! Ese simple gesto ya me ponía caliente.
-Recibí las cartas de las universidades.
¿Dije algo acerca de mí calentándome? Bien, acabo de enfriarme. Al igual que si me hubiesen tirado un balde de agua fría encima de la cabeza.
-Oh, ¿y cómo estuvieron?-Eli se encogió de hombros y pareció meterse aún más entre mis brazos.
-Nastia y yo iremos a la misma universidad.
-¡Eso es genial!-ella asintió e intentó darme una sonrisa, pero no llegaba a sus ojos.-¿Qué sucede?
-¿No te das cuenta Alan? Estaremos separados por...¿cuántos kilómetros?
-Mmmm yo estaré en Sevilla así que unos...-esperé su respuesta para saber en qué lugar del mundo estaría ella pero nunca llegó. Su boca se abrió tanto que creí que tocaría el suelo y sus ojos se abrieron como platos.-Por favor, no me digas que estamos como a unos...¿500 kilómetros?
-No...¡esto no puede ser!
Eli se levantó de golpe, alejándose de mis brazos y comenzó a saltar y a bailar a lo tipo Michael Jackson. La carcajada que salió de mi garganta fue brutal y negué con la cabeza mientras ella seguía moviendo sus caderas.
-¿Eli? ¿Por qué demonios bailas?
Ella pareció darse cuenta de que yo todavía seguía allí y en menos de un segundo estaba a horcajadas de mí, buscando mi boca. El beso fue salvaje y lleno de pasión y no me negué a él ni siquiera por un instante. Mis manos buscaron sus caderas como si supieran que era allí donde pertenecían y las despeinaron mi pelo por completo. Estaba sin aire cuando se alejó de mis labios y me miró con los ojos brillando. Jadeó y luego abrió la boca para hablar.
-Tú y yo...misma u-u-universidad.-balbuceó.
-¡¿Qué?! Por favor, dime que no estás bromeando.
-¡No estoy bromeando!-me gritó antes de volver a coger mi cara entre sus manos para besarme de nuevo.


-Creo que somos unos tíos con un motón de suerte....en serio, ¿cuántas oportunidades hay de qué solicites plaza en una sola universidad, te la aceptan, y encima sea la misma a dónde va a ir tu novia?-preguntó Luc mientras dejaba su refresco sobre la mesa.
-Bueno, yo no lo consideraría suerte-empezó a decir Nastia.-tendrás a una novia plasta detrás de ti por los próximos cuatro años.
Luc pasó su musculoso brazo alrededor del suave cuello de ella y la atrajo para darle un beso en la sien.
-¿Solo los próximos cuatro años? ¿Ya estás planeando el tiempo que nos queda juntos?
-Claro que no imbécil.-le dijo mientras le pegaba en el brazo.
Miré a Eli. Se veía tan feliz. Esta era una típica tarde de verano con los amigos. Después de enterarnos ayer acerca de lo de las universidades, decidimos quedar esta tarde para tomarnos algo en la terraza de un bar y debo admitir que no fue una mala idea.
-¿Por qué no paras de sonreír?-le susurré al oído.
-Mírales.-me contestó de la misma forma.-Se ven tan felices juntos, ¿quién lo pensaría eh?
Ella estaba sentada a mi lado, y la otra feliz pareja estaba sentada delante de nosotros. Los miré y por un momento recordé como era todo esto meses atrás, sin duda las cosas habían cambiado mucho.
-Tú y yo tampoco teníamos muchas opciones de acabar juntos, y míranos. La vida te sorprende a veces, ¿no crees pequeña niñera?
Ahora sus ojos ya no reflejaban odio, sino diversión cada vez que utilizaba la palabra "niñera" seguida o precedida de alguna palabra que anteriormente usaba para sacarla de quicio.
-Sin duda, Señor estaba-saliendo-con-una-rubia-tonta.
Me reí de su comentario y le di un beso en los labios. Fue tan rápido que no creo que Luc y Nastia lo hayan visto, pero aunque lo hubieran hecho no habrían dicho nada, ellos también están contentos de vernos tan apegados el uno al otro.
Recordé a Mónica. Según había oído estaba saliendo con un tipo millonario de unos treinta años. Sin duda la chica había dejado de perder el tiempo con "niñatos".