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Capitulo 38


Alan
-¡¿Qué?!
Tuve que alejar el móvil de mi oído al escuchar el grito de Luc.
-Pues lo que te acabo de decir.
-No me lo creo...
Pensé que Nastia ya le había contado que se iban a ir un mes de excursión a los Estados Unidos, pero por lo visto a la niña pija se le olvidó contarle ese detalle a Luc.
-Bueno, tío, luego hablamos.
-Espera, Luc...
Pero ya era demasiado tarde. Me había colgado.Deslicé el móvil en mi bolsillo y me apoyé en la vieja pared, cruzándome de brazos. Todavía no tenía ni idea de qué iba a hacer, pero una cosa tenía clara: aprovecharía los últimos días que me quedaban con Eli.
Tomé una larga respiración y di la vuelta a la esquina, parándome delante de una casa blanca. Toqué al timbre y me recosté en la pared. Unos pasos se escucharon por el pasillo, haciendo eco hasta pararse delante de la puerta. Esta hizo un chirrido al abrirse y me di la vuelta para ver a Elizabeth, con el pelo recogido en una cola de caballo. Sonreí al ver las pintas que llevaba: camiseta de manga corta holgada, un par de shorts ajustados y unas zapatillas rojas de Mickey Mouse.
-¿Alan? ¿Qué haces aquí?
Arrugó el entrecejo y me acerqué más a ella, metiendo mis manos en los bolsillos.
-Vine a recogerte.
-¿A recogerme? ¿Acaso hemos quedado y se me ha olvidado a mi?
-Sip, solo que se me olvidó decírtelo.
Eli soltó una carcajada y no pude evitar acercarme a ella y alzar su babilla con mi dedo índice, obligándola a estar a mi altura para posar mis labios encima de los suyos. Sus labios siempre eran cálidos, dulces y suaves. Disfrutaba con cada toque, por muy pequeño que fuese.
Me aparté de su lado enseguida pero mi sonrisa desapareció de mi cara al ver a la persona que estaba detrás de ella..
-Vaaaaya. Sin duda me he perdido un montón de cosas, ¿eh?
Entrecerré los ojos en dirección al rubio que se dirigía hacia nosotras y Eli se mordió el labio.
-Creo que nunca hemos sido adecuadamente presentados.-me dijo de nuevo el chico tendiéndome una mano.-Soy Sam.
Le estreché la mano y le di una sonrisa de lado.
-Alan. Encantado.
-Bueno Alan, creo que ni falta hace que te cuente lo que te puede pasar si tratas mal a Eli, ¿verdad?-asentí con la cabeza ante su sentido tan protector.
-Tranquilo. No hace falta que te preocupes.-volví mi vista a Eli.-¿Nos vamos?
-¿A dónde?-preguntó Sam cruzando los brazos sobre su pecho, levantando las cejas y poniendo su carita de niño bueno.
-Bueno vamos a tener una cita. Y es una cita de dos. Lo sentimos pero no hay hueco para ti.-le sonreí en señal de victoria pero los ojos de Eli se agrandaron. ¿Había dicho algo malo?
-Mmmm....yo voy a cambiarme...¿por qué no pasas?
Asentí y mientras que Eli se cambiaba seguí al rubio al salón.

Elizabeth
-Entonces, ¿me vas a decir ya a dónde vamos?-le pregunté a Alan.
Llevábamos más de un cuarto de hora caminando por la calle-¡¡agarrados de la mano!!-. Se rascó la cabeza e hizo una mueca.
-Verás es que no he pensando en nada...
Solté una carcajada mientras negaba con la cabeza. Solo Alan sería capaz de algo así: ir a por una chica para sacarla a una "cita"-sus propias palabras- y no saber a donde llevarla.
-No te rías. Si al fin y al cabo lo que cuenta es mi presencia.-me paré en medio de la acera y le miré.
-¿Tu presencia?
-Obviamente.
Negué con la cabeza y retomé el paso. Alan pasó su brazo izquierdo por encima de mis hombros y me atrajo hacia su cuerpo. No tengo ni idea de en qué momento ocurrió todo esto. Las cosas han pasado tan rápido que no me creo que esto sea real.
-¿El hermano de Nastia y el rubio irán con vosotras a la excursión?-rodé mis ojos mientras le miraba.
-Alan, sabes de sobra sus nombres. Nate y Sam. ¿Podrías utilizarlos?
-Nah, el hermano y el rubio les queda mejor.-negué con la cabeza varias veces.
-Sí, irán con nosotras, ¿por qué?
-Es bueno saber qué tendréis a alguien que os proteja.
-Sí...bueno, no es como si alguien nos fuera a violar.
-Mmmm Estados Unidos no es un país de gente inocente precisamente. No has oído todo lo de las bombas y esas mierdas.
-¿Eso no era en Afganistán?
-Sí, sí, pero en Estados Unidos también,¡qué lo sé yo!
-En fin...¿hace falta que vaya hoy a tu casa a cuidar de tus hermanos?
Alan me dio una mirada del tipo me-estás-tomando-el-pelo.
-Por supuesto. Mis padres todavía te pagan, y ya te tomaste tus días libres. Así que hoy toca cuidar de los gemelos.
-Y de tí.
Me levanté sobre mis puntillas y le di un cariñoso beso en la mejilla, pero como siempre, a Alan no le valió solo con eso y me hizo darme la vuelta y estar delante de él. Apoyó sus manos en mi cintura y me acercó a su cuerpo mientras sus labios ya estaban presionando encima de los míos.

Cuando llegamos a la casa de los Thompson me separé de Alan y él frunció el ceño, pero no hizo ningún comentario. No es como si yo estuviera dispuesta a decirle a sus hermanitos que él y yo teníamos "algo".  Cruzamos el pasillo y al entrar en la sala de estar nos dimos cuenta de qué no estaban ni los gemelos ni Luc y tampoco Nastia.
-¿Dónde está todo el mundo?-le pregunté a Alan mientras me dejaba caer en el sofá. Él examinó el reloj.
-Jake tiene que estar en el entrenamiento de baloncesto y Ronald...hmmm...recuerdo que me dijo algo acerca de un trabajo. Nastia y Luc...-se encogió de hombros- quien sabe.
-Espera. ¿Me estás diciendo que sabías que tus hermanos no iban a estar pero aún así me trajiste?
Alan sonrió y me guiñó un ojo.
-Pensé que podríamos aprovechar el tiempo...
Me levanté del sofá y me planté delante de él.
-¿A sí? ¿Y de qué manera podríamos aprovecharlo?
La sonrisa de Alan se amplio mientras recorría mi cuerpo con su mirada. Se relamió los labios y me susurró de manera muy sensual al oído:
-Se me ocurren mil maneras, pero todas tienen una cosa en común.
-¿Y cuál es?-apenas susurré.
-Tu y yo, desnudos.
Solté una carcajada y Alan me cogió en brazos y me tiró al sofá. Se sentó encima de mí y apoyó sus manos en la parte alta del sofá. Ni siquiera me noté que sus labios ya estaban en mi cuello hasta que su suave toque me hizo estremecer. Tiré de su camiseta y le acerqué más solo para recorrer su torso con mis manos. Su cuerpo se sentía duro bajo mi tacto. Podía diferenciar fácilmente sus abdominales y su muy trabajado pecho. Los labios de Alan seguían subiendo y bajando por mi cuello y sus manos estaban haciendo su camino por mi costado, acariciándome lentamente.
Con un ágil movimiento se tumbó en el sofá y me colocó encima de él. Pude sentir perfectamente lo excitado que estaba en esa posición. Metí las manos por debajo de su camiseta y él acercó mi cara para darme un dulce pico en los labios.
-Ahora bien, esto es a lo que llamo yo niñera.-me reí entre dientes y deslicé mi dedo índice por sus abdominales.
-¿Haces esto con todas tus niñeras?
-Oh, no, cariño. Ese derecho te lo reservo a ti.
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Siento que el capitulo sea más corto de lo normal, y siento haber tardado tanto en subirlo. Y además, tampoco me gusta mucho como quedó :S Pero es que tengo un montóoooon de exámenes y cuando estoy estresada no me llega la inspiración xD

2 comentarios:

  1. Ni perdón ni nada, es perfecto ASFDGHGJKLÑ me encanta *3*
    Seguid así por dios *3*

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  2. PERDON??? NO SE PIDE PERDON !! está maravillosamente bien !! me encanta!!! es tan perfecto :)

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