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Capitulo 19


Nastia
-Comprar, comprar, comprar...-canturreaba por las calles del centro de la ciudad mientras miraba tiendas y daba saltitos
-¿Vas a comprar mucho más?-preguntó mi hermano mirándome desde de tras de sus gafas de sol
-No he comprado tanto...-solo dos pares de shorts, unas vans y una vestido de verano
-No, claro...-bueno, a lo mejor también me había comprado un par de camisetas y una sudadera, pero nada más
-El otro día vi una tienda nueva que es súper barata, vamos allí- le cogí de la mano y le arrastre entre el gentío
-¿Quien me manda a mi acompañarte?-pregunto Nate mirando al cielo
-Calla, tonto, en el fondo te encanta pasar el tiempo conmigo
Caminamos por las calles. Mi hermano iba un poco rezagado y yo miraba a todos los lados buscando la tienda. Hacía un sol espléndido por lo que yo también estaba usando gafas de sol. Buscaba y buscaba y no encontraba la tienda. Me empece a desesperar. Había visto esa tienda la semana pasada y cuando entré, los precios eran súper bajos. Camisetas súper bonitas a 3€, pantalones a 8€ y todo la mar de bonito. Al contrarío que otras chicas que tenían el mismo dinero que yo, yo solo compraba cosas de marca cuando no había otra cosa igual más barata. Prefería comprar ropa más barata, porque si se me rompía o se manchaba no me molestaría tanto como si si fuese marca y me hubiese gastado un dineral. A de más, había cosas baratísimas e igual de bonitas que si fuesen de marca.
Me pare en seco en un escaparate. Eran todo antigüedades y miniaturas preciosas. Había una casita de muñecas, que parecía de hace dos siglos y que probablemente lo fuera, encantadora.
-¡Podemos comprarle a mamá el regalo aquí!-propuse. La semana siguiente iba a ser su cuarenta y dos cumpleaños
-No se...
-¡Oh, venga! ¡Entremos!-arrastré a Nate dentro de la tienda y cuando abrimos sonó una campanita que indicaba al dependiente que había clientes. En este caso, el dependiente era una chica que parecía de nuestra edad. Levanto la mirada hacía nosotros desde el mostrador y después volvió su mirada ha la revista que estaba leyendo.
-Esa chica tiene un buen polvo...-murmuró Nate mirándola de arriba a abajo
-¡Nate!-reproche entre indignada y divertida. La chica nos miró con cara de pocos amigos y Nate y yo empezamos a reír por lo bajo. La verdad es que la chica era muy guapa. Era bajita y flaca con el pelo rubio. Lo tenía ondulado y las puntas eran de color rosa. Era preciosa, pero no era el tipo de chica del que se fijaba mi hermano. El solía elegir a chicas con aspecto poco inteligente y accesibles. Yo creo que no lo hacía aposta, simplemente creo que elegía a esas chicas porque Nate no andaba buscando nada serio. Pero esta chica no tenía pinta ni de tonta ni accesible. Más bien todo lo contrario. Emitía radiaciones de: "Como te acerques un paso, guapito, te quedas sin pelotas"
Me adentré en la tienda pero Nate se quedo rondando por la entrada. Me metí por uno de los pasillos y empecé a mirar cosas para comprar a mi madre. Había cosas preciosas aunque también alguna un poco hortera. Pero es lo que tenían las tiendas de antigüedades. Estaba por el pasillo que mas cerca estaba a la caja, pero sin llegar a verla y escuché al dependienta hablar:
-¿Vienes aquí con tu novia e intentas ligar conmigo?-mire por las rendijas de las estanterías y solo veía a la chica con los brazos cruzados y una mirada de odio en el rostro
-No es mi novia-escuché la voz de mi hermano
-Ya, claro...
-Te lo digo enserio, es mi hermana.
-¿Y esperas que me lo crea?-dijo la chica. Parecía enfadada y yo no entendía porque- Cuando entrasteis por la tienda ibais cogidos de la mano
Decidí salir de mi escondite y salvar a Nate. Cogí la primera cosa que pille en una de las estanterías y salí de de tras de las estanterías.
-Oye, Nate, ¿esta bien esto para regalarle a mamá?-le enseñe el objeto que tenía en la mano. La chica miraba de uno hacía otro y creo que se estaba fijando especialmente en los ojos de mi hermano y míos. Nadie nos podría confundir por pareja viendo nuestros ojos, eran completamente iguales
-Nastia...eso es un teléfono con forma de pato-dijo con cara de: ¿Qué coño haces con eso?
-Bueno, ¿y quien dice que no le vaya a gustar?-debería haberme fijado en lo que cogía antes de salir de mi escondite. Nate levanto una ceja-Si no te gusta ve tu a mirar algo y deja de hacer el vago.
Cogió el pato, puso un mueca y se alejo lentamente, no sin antes enviar una mirada de soslayo a la dependienta. Una vez desapareció entre las estanterías me acerqué a la chica.
-Soy Nastia, ¿y tu?
-Sue ¿Sois hermanos?-pregunto ella mordiéndose el labio. Tenía una expresión arrepentida
-No-ella abrió los ojos como platos y noté un destello de ira-Somos mellizos-su cara cambió completamente, parecía un cuadro. No pude evitar reír-¿Y de que hablabas con mi hermano?-pregunté como quien no quiere la cosa
-Me pidió mi número de teléfono...-murmuró
-Que raro...-la chica frunció el ceño-no eres del tipo de chica que le interesa a mi hermano
-¿Que quieres decir?- había picado en el anzuelo. Ahora Sue querría saber porque mi hermano se había fijado en ella. Creo que podría ser una buena compañera de ligues
-Nada, ya sabes...¿Y no le has dado tu número?
-Evidentemente no-dijo como si fuese la pregunta más tonta del mundo
-¿Por qué?-la chica abrió la boca pero inmediatamente la volvió ha cerrar- Quiero decir, el es un buen chico, a veces un poco infantil, pero cuando hay que ponerse serio lo hace y es protector, cariñoso...No se...por darle tu número no pierdes nada...
-Eso lo dices solo porque es tu hermano-dijo ella, pero la noté insegura
-No, lo digo porque es verdad.
Nate llego finalizando nuestra conversación. Había cogido un collar precioso. Era bastante caro, porque era de plata, pero valía la pena. La cadena era fina y de ella pendía el cristal de una lupa con los bordes de plata también. Evidentemente, esto era mucho mejor que el pato. Lo compramos y antes de salir de la tienda Sue dijo:
-¡Espera!-Nate se dio la vuelta y la chica le tendió un papel- No me decepciones ¿de acuerdo?-mi hermano vio el contenido del papel y esbozo una amplia sonrisa
-No lo haré.
Una vez fuera, alcé las cejas a modo de interrogación. Nate sonrió ampliamente de nuevo y se encogió de hombros.
-Su número...
-Dame las gracias-levanto las cejas pero inmediatamente me dio un fuerte abrazo
-¿Sabes que muchos matarían por tener una hermana como tu?-le di un beso el la mejilla y sonreí
-No me seas pelota y llévame con Eli, anda...

Luc
Eli miraba a cualquier punto del salón menos a nosotros. Los chicos hacían deberes y ella estaba sentada en el sofá con las manos entre las piernas dando palmadas como si no supiese que hacer.
-Contesta a la pregunta-dijo Alan señalándola con el dedo- ¿Sabíais jugar al póker si o no?
-¿Sabíamos las reglas?-preguntó mas que contestó
-Eso no parece una respuesta-dije
-Bueno...puede que el padre de Nastia sea el dueño de un casino y Nate y ella sepan jugar desde que son unos críos y me hayan enseñado...ya sabes...puede...
-¡¿Que?!-exclamamos Alan y yo
-Pues eso...-murmuró
-¡Nos mentisteis!-se quejó Alan
-¡No preguntasteis! Que el padre de tu mejor amiga sea el dueño de un casino no es un tema que surja fácilemente ¿sabes?
-Yo creo que si vas a jugar al póker si es un tema a sacar a relucir-concluí
-No preguntasteis...-repitió
-No creí que hiciese falta-respondí con retintín
-Pues si hacía ¿vale?
El timbre de la casa y Alan se levantó para abrir. Unos segundos después Nastia entró en el salón y abrió los brazos hacía Eli.
-Amore mio! ¿Te hacen sufrir mucho estos insensibles?-Eli rió mientras Nastia la abrazaba
-Así que tu padre es dueños de un casino ¿eh?-Nastia miró a Eli con los ojos abiertos y esta puso una cara arrepentida
-¿Se lo has contado?
-No es mi culpa, me interrogaron...-se disculpó Eli. Nastia se giró hacía nosotros y dijo
-Bueno, no os podéis quejar, no preguntasteis...
-Mi pregunta es, si sabes jugar al póker desde pequeña...¿como es que perdisteis vuestras camisetas?-preguntó Alan
-Nos distrajimos...-murmuró Eli con las mejillas sonrosadas
-¿Ah si?-pregunté con una sonrisa en mi rostro- ¿Y con que os distrajisteis?
-Con tu única neurona rebotando en tu pequeño cerebro-contestó Nastia y Alan rió- Hacía: ¡Clon, clon, clon! Y claro, el sonido nos distrajo
-Ya, claro...
Dirigí la mirada a la ventana y vi un Alfa Romeo Brera se alejaba de la entrada. Mire hacía Alan, él también lo había visto. Tenía los puños apretados dejando blancos sus nudillos y su mandíbula estaba tensa.
-Por cierto...-Nastia se acercó a nosotros-¿Donde lo dejamos ayer?
-Creo que vosotras estabais sin camiseta...








5 comentarios:

  1. Sensacional,estoy deseando leer el siguiente capitulo ^^

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  2. OLEEE jajajaja me encanta esta novela enserio Es... ¡Perfectaa! Me encanta este capítulo ahahah

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  3. Me encanta esta genial espero leer pronto el siguiente capitulo :))

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  4. Quiero el siguiente... que cortito :S
    Besos, sigue asi! <3

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