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Capitulo 18


Elizabeth
Noté como los brazos de Alan me soltaban en cuanto nuestros cuerpos hicieron contacto con el agua. Él salió a la superficie pero yo empecé a tragar agua y a mover los pies y los brazos frenéticamente.
-¡Gilipollas! ¡No sabe nadar!-oí gritar a Nastia.
Instantáneamente Alan me cogió, levantándome en el aire y apoyándome en el bordillo. Tosí mientras él me apartaba el pelo de la cara.
-¡Eli! ¡Joder! ¿Estás bien?
Respiré hondo y me levanté. Él inmediatamente se puso de pie y me siguió.
-Venga, ¡va! Qué no tenía ni puta idea de que no sabías nadar...en serio...
Me alejé de Alan con rápidez y me froté los brazos con las manos.
-¡Estamos en mayo! ¿Crees que hace demasiado calor como para tirarme a una piscina, imbécil?-le grité histérica mientras caminaba hacia la casa.
Por el rabillo del ojo vi como Nastia le pegaba un manotazo a Luc cuando este intentó ayudarla. Me metí en la casa y los gemelos apartaron su vista de la Xbox para mirarme y ambos empezaron a mearse de la risa.
-¿Te has caído a un charco?
-"¿Te has caído a un charco?"-imité la voz ñoña de Ronald.-¿No tenéis nada mejor que hacer?
Sentí la mano de Alan en la parte baja de mi espalda y se puso a mi lado.
-Anda, vamos, te daré algo de ropa mientras te secas. Últimamente creo que prefieres mi ropa, porque casi siempre tengo que prestartela.
-No haría falta que me prestaras nada si no provocaras los desastres.-le dije cruzandome de brazos y zafandome de su agarre para subir las escaleras.
Subí hasta su habitación tiritando. Me había helado entera. No tenía ni idea de qué estarían haciendo Luc y Nastia, y tampoco me importaba. Lo único que quería era algo de ropa calentita. Alan entró y cerró la puerta de golpe. Abrió el armario y sin siquiera mirar la ropa sacó algo y lo tiró encima de la cama. Me miró de arriba a abajo y sonrió con aire malvado.
-Estás tiritanto.
-¿No me digas?-suspiré y miré hacia la cama.-¿Podrías salir para que me cambiara, por favor?
Ni siquiera me di cuenta en qué momento él se acercó a mí y me cogió de la barbilla, obligándome a mirarle.
-Esta mañana me desperté con una resaca horrorosa.
-Me lo imaginaba, solo hace falta ver lo borracho que ibas.-el se encogió de hombros, liberándome.
-No sé, no recuerdo nada.
Inmediatamente abrí los ojos y le miré ladeando la cabeza.
-¿Nada?
-No. ¿Hay algo que debería recordar?
-¿No recuerdas qué pasó cuando saliste de casa y te seguí?-el negó con la cabeza y luego pude ver como una chispa de diversión se encendió en sus ojos.
-Espera, espera. Salí de casa, tú me seguiste, ¿qué pasó? ¿Alguna escena...qué debería recordar?-me dijo alzando las cejas y volviendolas a bajar varias veces.
-No. Es perfecto que lo hayas olvidado. Ahora, por favor, sal del cuarto. No quiero coger una pulmonía.
-También me tengo que cambiar, ¿sabes?
Volvió a abrir el armario, sacando más ropa.
-Bueno sí, obviamente no te cambiarás aquí.-le dije.
-¿Y arriesgarme a verte casi desnuda?Oh, gracias pero no.
Se dio la vuelta y susurró un adiós muñeca antes de salir de la habitación. Luché contra mis ganas de buscar una pistola y dispararle.

Alan
En el baño me sequé rápidamente con una toalla y me cambié. ¿Qué demonios había pasado la noche anterior? Eli no insistió en ello, pero sin duda algo pasó. ¿Le hice algo? ¡Oh Dios! Espero no haberla pegado o algo de eso...Estaba tan cabreado por lo de Mónica que no pensaba lo que hacía. Salí del baño y me encontré a Luc dándole una palmadita a Jake en la espalda
-Tío, ¿me prestas algo de ropa?
-Sí, claro. ¡Coge toda la que quieras! Si, según veo, os gusta mi armario más que a mí.
Luc me sonrió y me di cuenta de que Nastia no estaba por ningún lado.
-¿Oye, y la pija?-le pregunté mientras me tumbaba en el sofá y me frotaba la cabeza con la toalla.
-Subió a tu cuarto a cambiarse con la niñera.
Intenté reprimir una sonrisa. Lo que hubiera dado por quedarme ahí y ver a Eli quitándose la ropa, pero no quiero tentar al destino, así que hasta que no averigüe que cosa tan macabra le hice anoche, me tengo que andar con cuidado.
-Alan, tengo hambre.-me dijo Jake, pero sin soltar el mando.
-¿Es que alguna vez no tienes?-le preguntó Luc.-Jake enano, llevarás a bancarrota a los señores Thompson.
-Alan dice que me parezco a él.-el pequeño se encogió de hombros y yo le miré con orgullo.
-¿Y te parece que es algo de lo que hay que sentirse orgulloso?-le preguntó Eli en cuanto estuvo de nuevo en el salón.
¡Oh Dios mío! Si intentaba darme un ataque al corazón, lo estaba consiguiendo.
-Alan, lo siento, pero la ropa que me diste no me gustaba demasiado. Espero que no te moleste que haya cogido otra.
Yo me estaba preguntando si estaba babeando, porque juro que en ese momento sería capaz. 
Eli llevaba una camiseta mía azul de tirantes que yo generalmente usaba cuando iba al gimnasio. No le quedaba demasiado apretada, pero si ajustada. Abajo, llevaba unos pantalones míos, también de deporte. Les había doblado el dobladillo de arriba, haciendo que le quedaran más cortos, y de paso, que se ajusten a sus magníficas caderas. Se había dejado el pelo suelto, colocandolo cuidadosamente en frente de su pecho, para disimular el hecho de que no llevaba sujetador.
-Tranquila. Pero lo que si que acabo de notar, es que a mi esa ropa me queda mil veces mejor.
Me envió una mirada asesina y yo le sonreí ampliamente.
Cuando vi a Nastia entrar al salón no sabía si descojonarme o salir corriendo de allí. Ahora entendía la cara de retrasado mental que se me había quedado antes, porque estoy seguro que es la misma que tenía Luc ahora mismo.
Natia se había recogido el pelo en una coleta alta, dejando ver un hermoso cuello fino y largo, mientras que unos cuantos mechones rebeldes se escapaban de la coleta y rebotaban sobre su cara. Su camiseta era igual que la de Eli, solo que de color rojo y llevaba unos pantalones cortos que le llegaban hasta las rodillas. Tenían un par de rayas blancas a los lados, haciendo contraste con el negro. Al igual que mi niñera, tenía la parte de arriba doblada y como Nastia era más alta, eso hacía que parte de su cintura queda descubierta, mostrando una plana tripita blanca.
Ronald entrecerró los ojos hacia Luc y agitó su mano en el aire.
-¡Eoooo! ¡Tierra llamando a Luc! ¡Colega deja de soñar!
Nastia soltó una carcajada sonora y puedo jurar que Luc estaba pensando en la manera de asesinar a mi hermano.
-Dime, enano.
-¡Esto no va! Creo que se ha quedado sin pilas...
Mientras que Luc intentaba ayudar a Ronald a resolver su problema con el mando de la Xbox, Eli y Nastia se sentaron en el otro sofá.
-Alan, ¿tienes pilas por ahí?-me preguntó Luc.
-¿Eh? ¿Pilas? Ah, sí. Acompañame.
Salimos del salón y en cuanto entramos en la cocina Luc cerró la puerta, apoyándose en ella.
-¡Joder! Nunca pensé que tu ropa le quedara tan bien.
-¿A Nastia o a Eli?-le pregunté abriendo un cajón. El pareció quedarse pensando por unos instantes.
-A las dos, sobre todo a Nastia.
Le miré sonriendo mientras sostenía un par de pilas en mis manos y me apoyaba contra el mueble de la cocina. Me encantaba el cuerpo de Eli, no sé por qué. Pero me atraía. Y sus labios...los conocía de memoria. Entonces una imagen de sus labios llegó a mi mente. Ella estaba muy cerca de mí y yo...
-¡Mierda!-solté con voz ronca.
-¿Qué pasa?-me preguntó Luc.
-Recordé que pasó anoche...-vi como mi amigo levantaba una ceja y me miraba esperando una explicación.-Besé a Eli...
-¡¿Qué hiciste qué?!
-¡Sh! ¿No quieres coger una megáfono y gritarlo a los cuatro vientos también?
Luc se llevó las manos a la cara y soltó una risita entre dientes.
-¿Y qué tal estuvo?
Suspiré mientras jugueteaba con las pilas en mis manos.
-Fue mi corto, pero...recuerdo que luego ella me pegó una torta.
La enorme carcajada de Luc provocó que Eli abriera la puerta y nos preguntara si todo estaba bien. Asentimos y salimos de la cocina. Cuando pasé por al lado suyo la rocé con el hombro y le mandé un besito al aire. Pude ver como me descuartizaba con la mirada y volvía con su amiga.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                         
Elizabeth
Nastia se cruzó de piernas al estilo yoga en el sofá. Yo me deslicé hacia abajo apoyándome en el respaldo. Cuando entré al salón Alan me miró raro. No sé explicar cómo, pero de todas formas era una forma rara, como si sus pupilas se volvieran más oscuras por momentos. Y ahora acababa de mandarme un besito. Creo que si que recordaba la escena del beso, pero obviamente aunque así fuera él no me lo diría.
-¿Jugamos a algo?-preguntó Ronald poniendose de pie.
-¿No estabais con la Xbox?-le cuestionó su hermano.
-Tenemos ganas de algo más divertido.
Hice una  nota mental apuntando que estos gemelos eran los primeros seres del planeta que consideran-a su edad- que hay cosas más divertidas que ese aparato.
-¡¡A las cartas!!-gritó Jake después de pensarselo por unos momentos.
Caímos de común acuerdo así que apartamos la mesita hasta el otro lado de la habitación y nos sentamos en el suelo formando un círculo. Estuvimos jugando al mentiroso por más de dos horas seguidas. Los gemelos gritaban y daban saltos de alegría cada vez que ganaban y yo veía la enorme sonrisa en la cara de Alan al ver a sus hermanos divertirse. Entre Nastia y Luc había cierta tensión, al igual que entre Alan y yo. Cada vez que este me miraba me sonreía con perversión y levantaba las cejas. Los señores Thompson llamaron pidiendome por favor que me quedara una o dos horas más, ya que no podían llegar a casa más temprano. Acepté encantada. Era el primer día que los pequeños no han tratado de matarnos-o al revés- y no quería que se acabara.
-¡Gané! ¡Ahora os jodéis todos!-exclamó Alan vencedor.
-Bueno, bueno...-comenzó Luc recogiendo las cartas.-Ya son las nueve y media y los niños mañana tienen clase, así que ¿por qué no se van a dormir?
Le sonreí a Luc y asentí con la cabeza. Tras muchas protestas de los pequeños, aceptaron subir a su habitación. Nastia y yo los vigilamos para asegurarnos de que se habían puesto el pijama y se habían lavado los dientes.
Cuando cerramos la puerta de su cuarto, pasamos por el de Alan y nos cambiamos, porque nuestra ropa ya estaba seca. Volvimos al salón y los chicos seguían sentados en el suelo, charlando alegremente mientras que Luc no paraba de barajear las cartas.
-Eh,¿seguimos jugando?-preguntó realmente divertido.
-¿Qué? ¡NO! Estoy harta del mentiroso.-contestó Nastia dejándose caer al sofá.
-Hombre, al mentiroso no, eso es para críos.
-¿Y eso lo dice el chico que se ha pasado las últimas dos horas jugando a eso?-le preguntó ella alzando las cejas.
-¡A sido por los niños!-le contestó levantando las manos en señal de defensa.
-Bueno, de todas maneras...-dijo Alan-planeábamos jugar al póker. ¿Os apuntáis?

Alan
Obviamente, daba por hecho que mi niñera no supiera jugar al póker, pero de lo que dudaba era de si Nastia sabía o no-y yo me decantaba por la primera opción-.
Nastia miró el reloj del salón y le sonrió a Eli.
-Todavía tenemos tiempo para patearles el trasero.
Mi niñera asintió y volvimos a formar un círculo en medio del salón, solo que esta vez más pequeño. Miré a Luc y su mirada me confirmaba que él no quería un juego inocente en absoluto.
-¿Por qué no apostamos?-dijo sonriendo hacia las chicas.
-No tenemos dinero.-le contestó Eli encogiéndose de hombros.
-¿Quién ha dicho algo de dinero? Juguemos por parejas. Cada vez que una pareja pierda le toca quitarse una prenda de vestir. ¡Es fácil!
Nastia soltó una carcajada.
-Claro, muy fácil. Pero querido según esas normas, te quedarás en pelotas antes de los diez minutos.
Mi amigo le sonrió con arrogancia y negó con la cabeza.
-Ya veremos quien se queda en pelotas.
En esos instantes el móvil de Eli sonó, pero ella rápidamente colgó y lo dejó a su lado, en el suelo. ¿Sería su novio? Me quité la idea de la cabeza y dirigí mi atención a Luc. Acababa de repartir las cartas y yo cogí las mías. Teníamos que ganar, porque quería ver el cuerpecito de esa niñera tan mona que yo tenía.

Elizabeth
Obviamente Luc y Alan no sabían que el padre de Nastia era dueño de un casino, sino estoy completamente segura de que no la habrían dejado jugar. Teniendo una amiga como ella era prácticamente imposible que yo no supiera jugar. Me sabía las reglas, incluso alguna que otra vez había jugado con ella y con Nate, pero yo no tenía tanta suerte como ella.
Cuando los cuatro dejamos las cartas en el suelo, la sonrisa de Nastia fue amplia y brillante.
-Chavales, podéis empezar a desnudaros.
La miré alarmada. Sabía que ella era capaz de dejar a estos dos completamente desnudos, pero yo no quería un vista así antes de irme a la cama, así que le mandé una mirada preventiva y amenazadora y ella me sonrió como diciendo no-te-preocupes-todo-está-bajo-control.
-Vaya, vaya...Será la suerte del novato.-exclamó Luc poniéndose de pie.
Alan le siguió enseguida y ambos chicos se quitaron la camiseta a la vez. Esos cuerpos, sin duda eran dignos de actores de Hollywood. Alan era un poco más musculoso que Luc, pero el segundo era más alto. Sus cuerpos parecían gritar Tócame tanto en mis oídos, como en los de Nastia-estoy segura-.
-Señoras, recojan sus babas, por favor.-nos señaló Alan.
-Ja ja ja.-le dije intentando parecer aburrida, sin embargo mi voz sonaba apagada y lejana y mis labios estaban secos. Me pasé la lengua por ellos para remojarlos y al verme Alan sonrió y me guiñó un ojo.
-Volvamos al juego...-consiguió decir Nastia.
Y como era de esperar de alguien como Nastia-porque era ella la que conseguía que ambas ganásemos- volvimos a patearle el trasero a los chicos. Éstos hicieron un auténtico show mientras se quitaban los calcetines y nosotras no pudimos parar de reírnos. Pero la siguiente jugada no fue tan favorable...
-Por fin llega la parte interesante...-exclamó Luc mientras se tumbaba hacia atrás en el suelo, apoyándose en sus brazos.
-Juramos que no tenemos nada en contra de qué meneéis la cadera mientras os quitáis la ropa.-dijo Alan. Sus ojos estaban muy fijos en mí mientras se pasaba la lengua por los labios y sonreía.
Ambas nos levantamos y Nastia fue bastante ágil. Con un solo movimiento su camiseta cayó al suelo, revelando un hermoso sujetador azul con rayas blancas. Vi como Luc levantaba una ceja mientras le daba su aprobación. Sin darme cuenta ahora la atención estaba centrada en mí. Los tres me miraban, esperando. Llevé mis manos a la parte baja de mi camiseta y tiré de ella hacia arriba, sacándomela por la cabeza y dejándola luego en el suelo.
-¡Madre mía...!
Las palabras de Alan habían salido roncas y yo me mordí el labio inferior. Nastia usaba una talla de sujetador más que yo, pero a pesar de eso-según ella-yo tenía buenas tetas. El sujetador rojo que se pegaba a mi pecho tenía dibujadas las palabras KISS ME, cada una en un lado.
-¿Puedo seguir el consejo de tu sujetador?-me preguntó Alan entusiasmado.
-¿Por qué? ¿Quieres otra torta?
Las carcajadas de los otros dos hicieron que Alan se levantara de un salto y caminara hacia mí encogiéndose de hombros.
-Vale la pena.
Todos escuchamos como alguien introducía unas llaves en la cerradura de la puerta principal.
-¡Mierda!
Nastia y yo cogimos nuestras camisetas y empezamos a correr escaleras arriba mientras nos las poníamos. Los señores Thompson entraron al salón saludando a los chicos y enseguida nosotras entramos también.
-Buenas noches, los niños ya están dormidos, han tenido un día agitado.-les dije con una voz calmada.
-Me alegra, Elizabeth.-contestó el señor Thompson. Luego desvió su miraba a través de la habitación.-Alan hijo, ¿por qué estáis sin calcetines?
Nastia y yo no pudimos reprimir la enorme carcajada y Luc miró al suelo, conteniendo la suya.

4 comentarios:

  1. Oh dios, me ha encantado jajajajajaaj cada vez me caen mejor ellos jaja si es que al final tienen hasta corazón, eh? jajaja

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  2. Oleee jajajajj este capítulo si que mola :) sobre todo los calcetines jajajja

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  3. Uno de los capítulos que mas me gusta sigue así y llegaras muy lejos ^^.Un saludo =)

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