Capitulo 27

Nastia

-¿Renunciaste?-pregunté sorprendida y aunque no quisiera reconocerlo, muy en el fondo estaba apenada al igual que aliviada-¿Por qué?
-Porque...yo no aguanto ahí, me buscaré otro trabajo y ya está...-dijo en voz baja Eli
-Pero últimamente nos llevábamos mejor...-dije sin darme cuenta
-¿Quieres que siga trabajando de niñera?-preguntó asombrada-¡Si tu fuiste la primera en contra de que trabajase en eso!
-Si...quiero decir, no-me tapé la cara con las manos frustrada mientras me sentaba en una de las mesas del fondo de la clase-Si, dejarlo ha sido lo mejor que hayas podido hacer
Desde la fiesta estuve muy confusa. No debería haberle devuelto el beso a Luc-por mucho que el besase como si se hubiese dedicado a ello toda la vida-¡Fue una completa tontería! Pero cuando sus labios rozaron los míos en mi cerebro literalmente dejo de funcionar la parte racional que me permitía pensar con claridad. Y lo peor no fue besarle, lo peor fue que me gustó. Pero eso no volvería a ocurrir. Nunca más besaría de nuevo a Luc. Olvidaría lo ocurrido y seguiría ha adelante como si nada hubiese pasado. Por eso no le conté a Eli que Luc me había besado, aunque me moría de ganas de hacerlo.
-¿Pero porque has decidido de repente dejarlo?-interrogué confusa-Hace unos días estabas muy decidida a seguir con ello...
-Me hago una ligera idea...-dijo Nate acercándose a nosotros-¿No hay ninguna regla que diga que las niñeras no pueden liarse con la gente a la que cuidan?
-¡¿Que?!-exclamé
-¡¿Que has hecho qué?!-dijo Sam igual de sorprendido que yo hasta tal punto de dejar de besar a Amanda
-¡Fue sin querer y no volverá a ocurrir!-se excusó ella sonrojada. Eli se había liado con Alan...porque estaba claro que no iban a ser ni Jake ni Ronald. Empecé a sentirme culpable, porque ahora yo sabía que Eli se había besado con Alan, pero ella no sabía que había hecho lo propio con Luc. La culpa no pudo más y acabé soltando.
-Puede que yo me besase con Luc...-confesé con un hilito de voz
-¡¿Que?!-exclamaron todos
-¡Ah no! Primero Eli y después mi hermana ¡Me niego!-dijo mi hermano con cara de desesperación
-No te puedes negar si ya ha pasado...-murmure lo suficientemente alto para que me escuchara. Nate me fulminó con la mirada y yo me dispuse a excusarme-¡Fue un gran error y nunca jamas de los jamases volverá a ocurrir! A demás, ahora que Eli ya no trabaja de niñera no tendremos porque verles nunca más ¿verdad?
-Eso si no nos los encontramos en cada sitio que vayamos-me susurro Eli para que solo lo escuchase yo
Nos alejamos de los chicos que seguían criticándonos por nuestros actos. Pero no los podíamos culpar por estar preocupados por nosotras. Era agradable saber que siempre iban a estar ahí. Amanda les mando callar como si fuese su madre y vino con nosotros, donde contamos todo lo sucedido en la fiesta. Lo que sabíamos que ocurrió, y lo que no sabíamos. Amanda nos contó con todo lujo de detalles lo que le había hecho Sam para su aniversario. Yo me hice la sorprendida como si Sam no me hubiese consultado cada cosa que quería hacer para que diese mi aprobación.
Una vez hubimos terminado las clases, fuimos a mi casa, ya que tendríamos que llevar a Aless al aereopuerto, ya que vivía en nuestra casa, tendríamos que llevarles nosotros, en vez de ir con sus compañeros.
Aless hizo sus maletas y salimos hacía el aereopuerto en el coche de Nate, una hora de viaje hasta llegar y cuando llegamos fuimos a buscar a sus compañeros de equipo, que debían estar facturando. Les vimos y abracé a Gianluca, mientras, Aless y Eli se fueron ha hablar a una esquina alejados de los demás. No se de que estarían hablando, pero cuando terminaron, ya todos se tenían que ir. Me despedí de mi primo abrazándolo fuerte mientras le hacía prometer que volvería pronto. Pasaron por el detector de metales y se alejaron entre la gente hasta que ya no fui capaz de verles.

Luc
Dirección a casa de Alan, yo no podía dejar de pensar en que haría cuando viese a Nastia. ¿Disimular como si nada hubiese pasado? No sabía cual iba a ser su reacción y realmente no sabía que hacer. No le había contado a Alan así que sus preguntitas de ultima hora me ponían de los nervios.
-¿Y con quien estabas en el armario en la fiesta?-preguntó con una sonrisa picara
-Con...con nadie-¿de verdad estaba tartamudeando? Alan puso una mueca dejándome claro que no se creía ni una palabra
-¿Estas solo en el armario de los abrigos así porque si?-preguntó dándole un trago a su lata de coca-cola
-Si...
-Luc...
-¿Que...?-dije imitando su tono de voz
-Se que había una chica allí contigo, ¿Tan difícil es decirme quien?-dio otro trago
-Nastia-como si de una película se tratase, escupió todo el contenido que estaba bebiendo en la acera. Una señora que estaba pasando se aparto de un salto y maldijo alejándose
-¡¿Qué...qué?! ¡Pero si os lleváis como el perro y el gato!
-¿Y quien ha dicho que haya pasado nada?-pregunté a la defensiva
-Luc...-dijo Alan en tono de padre que sabe lo que ha hecho su hijo pero quiere que el confiese
-¡Esta bien!-puse mis manos en alto y confesé-¡Nos besamos, pero nu hubo más! ¿De acuerdo?
-Vaya...Nastia y tú...¿Quien lo diría?-soltó una carcajada-Bueno, en realidad se notaba...
-¿Notar que?-dije mosqueado-¡No se notaba nada!
-Lo que tu digas, Luc...
-Bueno, ¿y tú y Eli qué?
-¿Yo y Eli qué?-disimulo completamente serio
-No te hagas el tonto, amigo-le di una palmada en la espalda-Cuando me enteré de que te habían despedido, salí al jardín y os vi.
-Cállate...-mascullo abriendo la puerta de su casa. Últimamente pasaba más tiempo aquí que en mi propia casa
-¿Tu puedes hablar y yo no? ¡No me parece justo!- entramos al salón y nos encontramos a la madre de Alan en la mesa del comedor con el ordenador, un periódico y apuntando y tachando cosas en un cuaderno
-¿No ibas a estar fuera, mamá?-preguntó Alan
-Ese era el plan, pero tengo que buscar una nueva niñera así que...-creo que en ese mismo instante en el que pronunció esas palabras, nuestro corazón se paró por unos segundos
-¿Nueva niñera? ¿Porque?-volvió a preguntar Alan, que al igual que yo, estaba muy confuso. La señora Thompson levantó la mirada de los papeles.
-Elizabeth llamó esta mañana y renunció- Alan y yo nos miramos y por alguna razón, supimos que los culpables de esto éramos alguno de los dos.
En el fondo todo sería más fácil si ellas no estaban. No hacían más que complicarnos la vida desde que las conocimos. Sería lo mejor para todos. Pero una parte de mi, quería que siguiesen viniendo a molestar.
-¿Te ha dicho porque?
-Solo me dijo que no podía seguir trabajando...una lastima, pero no hay nada que hacer
Volvió toda su concentración a la búsqueda de una nueva niñera y nosotros subimos a la habitación de mi amigo.
-¿Renunció? ¿Porque coño renunció?-preguntó Alan tirándose de cualquier manera en la cama. Me tumbe apoyándome en la pared al lado de él
-A lo mejor fue porque la besaste-le piqué
-O tu "amiguita" la convenció para dejarlo porque la besaste-me la devolvió él
-Buen punto
-A lo mejor es por las dos cosas...
-Es probable...Creo que me va a explotar la cabeza con toda esta mierda-mascullé
-Suena como una buena muerte-dijo encogiéndose de hombros. En ese momento, Ronald y Jake entraron en la habitación. Era gracioso ver como tenían que levantar su brazo para llegar al picaporte de la puerta.
-¿Jugamos a las cartas?-preguntó Ronald sentándose entre Alan y yo. Jake no tardo en hacer lo mismo
-¿A las cartas?-pregunté yo. En ese momento no me apetecía jugar a las cartas
-El otro día nos divertimos mucho-argumentó Jake
-¿Cuando jugamos con las niñeras?-preguntó sorprendido Alan-¿Os caen bien?
-Mmmmm...son divertidas-respondió Ronald después de sopesar la respuesta. Una bombilla se encendió en mi cerebro y Alan me sonrió como si supiese lo que estaba pensando, cosa que era muy probable
-Pues es una lastima, porque ya no van a venir más...
-¿Por qué?-preguntaron los dos
-No lo se, pero mamá ha encontrado a una nueva niñera que es horrible-mintió Alan-Es una bruja, así que si queréis que vuelva, tenéis que convencer a mamá
-¿La nueva es tan mala?-preguntó Jake con una mueca
-Peor que mala-dije yo-Mucho peor que todas las niñeras que habéis tenido
Los gemelos se miraron entre ellos y bajaron de la cama, para después salir de la habitación.
-¿Tu crees que lo harán?-pregunté
-La verdad...no tengo ni idea-respondió Alan