Capitulo 23

Luc
Eli y Nastia no paraban de mirar la hora. Cada dos por tres Eli miraba su reloj de muñeca y suspiraba, mientras que Nastia sacaba el móvil del bolsillo, miraba la hora y lo volvía a guardar resoplando. Mientras que Eli tamborileaba con los dedos en el reposabrazos del sofá, a Nastia le había entrado un tic en la pierna y vibraba todo el sofá.
Sólo me había dirigido un "hola" al entrar por la puerta y después me había ignorado lo mejor que pudo, que eso es muy bien. Parecía molesta por lo de ayer...¡Pero no lo hice a posta! A de más, con ese biquini negro que le quedaba tan...tan...buff. Con solo esa tira de tela cubriéndole los pechos, sin tirantes ni nada, era inevitable que algo así pasase. Esos biquinis no son seguros...
-¿Vais a ir a algún sitio?-pregunté soplándole en la oreja a Nastia, que dio un respingo a mi lado y me fulmino con la mirada.
"Idiota" articuló con los labios. Sonreí. "Me quieres" respondí yo de igual forma. Puso los ojos en blanco pero una sonrisa tiraba de la comisura de sus labios.
-En realidad tenemos un poco de prisa, si...-aclaró Eli
-Tus padres nos han dicho que a las seis nos podíamos ir-comentó Nastia. Miré mi reloj: 17:50
-¿A donde vais? Venga, que os llevamos-ofreció Alan. Ellas nos miraron con el ceño fruncido y Nastia dijo desconfiada:
-¿Donde esta el truco?
-No hay truco. Hoy estamos amables-Alan se encogió de hombros
-Más rápidos que el bus, son ¿no?-desistió Eli mirando a su amiga
-Bueno...esta bien...
Llegaron las seis y ellas recogieron sus cosas a la velocidad de la luz. Nos sacaron de la calle a empujones sin darnos tiempo siquiera a coger las chaquetas, mientras decían: "Vamos, vamos que llegamos tarde..."
Nos subimos al coche de Alan, que no era ni de lejos tan bonito ni tan caro como el coche del hermano de Nastia, pero ellas no hicieron ni si quiera mueca al subir a él. Yo me senté en el asiento de atrás con Nastia y Eli en el asiento del copiloto con Alan.
Alan arrancó el coche y le preguntó a Eli a donde iban. Ahí empezó la discusión. Eli le daba las indicaciones de donde tenía que ir y Alan le decía que sería mucho más fácil si le dijese a donde iban. Resople y mire a Nastia. Una sonrisa apareció en mi cara cuando la vi.  Tenía los ojos cerrados y respiraba tranquilamente. Sus labios estaban ligeramente separados e irresistibles. Ahí, dormidita, sin decir palabra, no parecía la chica que siempre tenía una respuesta ingeniosa que darte. Parecía que no había roto un plato en su vida. Su pecho subía y bajaba y no por primera vez me di cuenta de lo que "escondía" bajo la ropa. Ella era realmente guapa y tenía que admitir que también era inteligente. Una combinación fatídica. Dos armas con las que manipular a un hombre y hacer que cayese a sus pies, e intuía que Nastia había practicado con el uso de esas armas.
Alan giró en una curva y el cuerpo dormido de Nastia se reposo en mi con la cabeza en mi hombro. Le aparte el pelo de la cara para observarla mejor. Eli y mi amigo seguían discutiendo así que les mande callar.
-Silencio, que está durmiendo y podría empezar a hablar y arruinarlo todo-esto ultimo lo dije para disimular que había estado minutos antes observándola dormir con cara de tonto. Eli se dio la vuelta y sonrió con ternura hacia Nastia
-No te preocupes, si se despierta se volverá a dormir en segundos-soltó una leve risa-Siempre le pasa en la parte de atrás de los coches
-¿Siempre?-pregunte yo divertido.
-Siempre. Es meterse en la aparte de atrás de un coche y es como si una voz le dijese "Luces fuera, Nastia" y se duerme-rió para sí y-¿Verdad que si, Nastia?
-Verdad que si...-murmuró ella aún dormida. Reí silenciosamente y aparté la mirada hacia la ventana. Me sonaba de algo por donde íbamos y el ceño fruncido de Alan decía que también. Pronto descubrimos por que nos resaltaba conocido. Estábamos en el polideportivo. Eso solo significaba una cosa: Los italianos.
-Hubiese sido mejor quedarnos en casa-le dije a Alan. Este apretó las manos en el volatante dejando sus nudillos blancos.

Nastia
-Eh, bella durmiente, despierta-me decía una voz masculina. Estaba apoyada en algo bastante cómodo y quería seguir durmiendo, así que me recosté más sobre mi almohada farfullando algo incomprensible-Ya hemos llegado-la misma voz sonó en mi oído provocando un escalofrío-no precisamente malo- atraves de mis entrañas. Abrí mis párpados lentamente y me encontré con un pecho masculino bastante bien trabajado bajo mi mejilla. Subí la mirada hasta encontrarme con unos ojos verdes que me miraban divertidos.
Tarde un tiempo en darme cuenta de donde estaba. Más bien, apoyada en qué, y ese qué, era Luc. Me levante lentamente aun medio dormida y pase la mano por mi boca para ver si había babeado. Suspire de alivio al comprobar que no.
-¿Has dormido bien?-preguntó Luc con sorna
-Si...estas muy blandito- ¿blandito? ¡Mentira! Este chico tenía los músculos como una piedra
Me pasé los dedos por mi pelo para peinarme y miré por la ventana. Alan y Eli estaban fuera y Alan no parecía muy contento. Luc los siguió a fuera y yo le imité aún con los músculos contraídos por la pequeña siesta. Coloque mi ropa y me acerqué a ellos.
-¿Vais a entrar?-preguntó mi mejor amiga inocentemente sin notar la mirada matadora que le lanzaba Alan a su espalda.
-Ya estamos aquí ¿no?-le restó importancia Luc
Eli y yo entramos al polideportivo con los chicos pisándonos los talones. Bajamos a la planta baja, que es donde estaba la piscina olímpica, lugar donde se iba a celebrar la competición. Entramos a ella y a lo lejos, en una esquina de la piscina, divisamos a Aless y Gianluca, con el resto de su equipo. Ellos nos vieron de vuelta y nos saludaron con una sonrisa y mi primo dio unos toques a su muñeca con el dedo indice para indicarme que llegaba tarde, pero todo con una sonrisa, para acto después, volver a concentrarse en las palabras de su entrenador.
En otra esquina había otro equipo de natación español y un poco mas haya, un equipo de japoneses, todos con una edad similar a la nuestra. Había cinco equipos más, pero no alcancé a saber su procedencia.
Nos sentamos en las gradas, Eli y yo juntas y a cada lado de nosotras los chicos-Luc a mi lado y Alan al suyo-un tanto más cerca de lo deseado. Mi pierna rozaba con la de Luc y yo no paraba de pensar en que me había dormido encima de él y lo que pasó ayer en los vestuarios. Solo con recordarlo se me subían los colores.

Pegué un grito cuando Luc me alejo de Alan y Eli y me arrastró a uno de los vestuarios cerrando la puerta tras nosotros. Lo que menos me apetecía en ese momento era estar en biquini en frente de Luc. Él estaba también en bañador y no pude evitar relamerme al observar su cuerpo perfectamente esculpido. Uno de los mejores que había visto.

-¿Se puede saber que haces?-pregunté cabreada

-Alan y Eli tienen unos asuntos que resolver-se limitó a decir. Rechine los dientes

-Pues te quedas aquí solo-me giré hacía la puerta pero antes de abrir el pomo note un tirón. Un tirón en la parte de arriba de mi biquini. El nudo se deshizo y note como se iba desprendiendo de mi piel. Chille agachándome sujetando la tira contra mi pecho para no desvelar nada. 

-¡¿Estas idiota?!-le grité 

-¡Te juro que yo solo quería sujetarte para que no salieses! No pretendía desatarlo, fue lo primero que pille-se excusó con las manos en alto 

-¡¿Lo primero que pillaste fue el nudo de mi biquini?!-espeté muerta de vergüenza

-¡Si! ¡No es culpa mía! ¡Es tuya por llevar esos biquinis tan..tan..

-¡¿Tan que?!

-¡Buff!

-¡¿Buff?! ¿se puede saber que significa eso?

-Lo sabes muy bien-sonrió pícaramente mirándome de arriba a abajo

-¿Puedes atármelo, por favor?-pedí con voz débil. El murmuro un "claro" y se acercó a mi.

Contuve mi respiración al notar su aliento en mi nuca y sus dedos rozando mi espalda desnuda. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.

-Lo siento de veras-susurró a mi oído una vez hubo terminado de atar el nudo

-Ya claro...

-De verdad, hubiese preferido que lo desatases por tu propia voluntad, pero...-ahí estaba el Luc de siempre

-Estas roja-me susurró Eli al oído.

-¿Que?-palpé mis mejillas con las manos-Es que hace un poco de calor ¿no?

-No hace calor, Nastia-me miró diciendo con palabras mudas "luego me lo cuentas, perra"

-Si hace calor...-murmuré

La competición ya había comenzado y en el agua estaba el chico, de pelo castaño, que conocimos en el aéreopuerto cuando fuimos a recoger a Aless. Iba el segundo y tío que tenía pinta de holandés-no me preguntes porque-era el primero. 

-Coraggio, Piettro!-animé al chico.

Estaba apunto de alcanzar al holandés, pero este toco la pared unos segundos antes que Piettro. Este pegó un puñetazo al agua y salió con mala cara. El segundo puesto no estaba mal, pero no mejor que el primero.

El siguiente fue Gianluca. Habíamos entablado una buena amistad en los días que había estado con él y me caía realmente bien. Compartíamos los mismos gustos por la música, películas, libros y hombres. Sobre todo en el tema hombres...

Luc

Esto era bastante surrealista. ¿Quién nos mandaba a nosotros estar en una competición de unos tipos que ni si quiera nos caían bien? Mire a las chicas, que estaban sentadas entre nosotros, como vivían lo que estaban viendo. Nastia gritaba frases en italiano que gracias a dios no entendía, por que no quería cabrearme como lo estaba haciendo Alan, por los ánimos que daba Eli, porque estos eran en español.

El chico rubio que estaba con Nastia el otro día salió se puso en el borde de la piscina, en su calle, que era el número 5. Miró a Nastia guiándole un ojo y esta se lo devolvió. Me dieron ganas de pegar a algo. ¿Qué les pasaba a las mujeres con los italianos? ¿Qué tenían de especial? 

-Coraggio, Gianluca! Tu sei il migliore!-gritó Nastia colocando sus manos a modo de micrófono

-¿También sabes italiano?-le pregunté para distraerle de ese tío

-¿También?-me preguntó riendo- ¿Es que acaso se más idiomas y no me he enterado?-lo dijo sarcásticamente, pero no con mala uva como lo solía hacer, si no como si fuese una pequeña broma que había empezado entre los dos.