Capitulo 9

Luc
Entre en el centro comercial y me dirigí a la tienda de discos. Alan había ido a cantarle las cuarenta a la niñera por el trabajo de Biología y no había podido ir conmigo. Por el camino, pase frente a los baños y me vino la imagen de Nastia. Solo la había visto dos veces, y ya había intervenido en mi vida. No directamente, pero de vez en cuando me venía la imagen de ella a la cabeza y no había podido evitar fijarme, que últimamente, desde que la conocí, mis ligues tendían a ser morenas con ojos claros. Sinceramente, me molestaba. Me molestaba que las únicas palabras que ella me había dirigido era insultos y yo ahora estuviera pensando en ella. ¡Todo era su culpa! Si no fuese por esos pantalones tan ajustados que llevaba, no estaría pensando ahora mismo en su bonito trasero.
Llegue a la tienda y entre. Fui al mostrador y espere a que Selena apareciese. Seguramente en ese momento estaría en la trastienda eligiendo algunos discos para mi. Antes la había llamado avisando de que iba a venir y ella siempre me tenía preparada un poco de música para mi. Por fin salió y se dirigió a mi con una sonrisa que le llenaba la cara.

-¿Que tal, primo?-sonreí a Selena y no por primera vez, me di cuenta de lo mucho que nos parecíamos. Ambos éramos rubios con ojos verdes y altos. Parecíamos más hermanos que primos
-¿Que tienes para mi?-le pregunte
-Muy bonito, creía que venías a visitar a tu preciosa prima, pero solo me quieres por la música-se quejo, pero con una sonrisa me entrego unos CDs en una bolsa-Aqui tienes
-Muchas gracias, prima-le di un beso en la mejilla-Me voy a ver que mercancía hay por aquí
-Eres un misógino-me insultó sabiendo que con mercancía me refería a chicas disponibles. No es un buen sinónimo pero solo era una forma de hablar
-No soy misógino, yo amo a las mujeres-le sonreí y salí por la puerta mientras ella reía y negaba con la cabeza.

Di una vuelta por el centro comercial un tanto aburrido. Todavía no quería ir a casa. Últimamente ni si quiera me apetecía pasar por allí. Mi madre solo se centraba en el trabajo. Le contaba que había sacado un ocho en Ingles, ella me respondía con algo del trabajo. Desde que murió mi padre siempre era igual. No parecíamos una familia.
Llamo Alan contándome que la niñera le había estampado un helado en la cabeza y después el la había metido en la ducha como venganza, descubriendo unos buenos pechos y lo incomoda que parecía ella. No pude reí más, me empezaba a caer bien esa chica, no como otra...
Vi a una chica sentada en una fuente. Era guapa pero parecía tímida, pero en lo que más me fije era en que ni tenía el pelo castaño oscuro ni ojos claros. Era rubia con ojos marrones y no se parecía en nada a Nastia. Eso era lo que necesitaba. Me acerqué a ella y me senté a su lado.

-Hola, soy Luc-me presenté con una sonrisa en la cara. Ella se puso roja y me tendió la mano con precaución. Era bastante guapa de cerca también.
-Dayan
-Un nombre precioso-había que saber como tratar a una chica depende de su personalidad-¿Y que hace una hermosura como tú por aquí?-se puso roja pero no contestó-Pareces cansada, si necesitas ayuda aquí está tu caballero-sonrió tímidamente pero por el brillo de sus ojos noté que ya la tenía en el bote. Normalmente me hubiese pegado un puñetazo por decir esas cursiladas, pero Alan ya me había jodido el polvo con Elisa Simon esta mañana y quería a esta chica.
-Muchas gracias...solo estoy un poco cansada de caminar y llevar las bolsas-me fije por primera vez de las bolsas que había a sus pies y vi que en una de ellas había unas Hunter.

-No. Soy. Una. Pija
-Bueno chica, ¿eso que llevas en la bolsa no son unas "Hunter"?

La voz de Nastia retumbo en mi cabeza como si me estuviese hablando de verdad. Maldije por lo bajo. No había mejor momento que este para acordarme de ella. Si es que estaba en todas partes.

-Mira, ¿porque no te traigo un cafe? tu te quedas aquí descansando y cuando vuelva, charlamos y así nos conocemos un poco-y también para despejar mi cabeza de pensamientos estúpidos
-Claro, me encantaría-le sonreí antes de levantarme e ir a la cafetería

Nastia
-Yo no pienso estar buscando un regalo para la novia de este-se quejo mi hermano una vez estuvimos en el centro comercial
-Eres un capullo-le insultó Sam
-Dejad de discutir-Eli puso calma entre ellos-Mira, yo me voy con Nate, nos damos un paseo, y vosotros dos compráis el regalo ¿si?
-¡Perfecto!-exclamé-De todos modos, no harías más que molestar-le dije a mi hermano
-Ja. Ja-rió Nate falsamente-Que graciosa
-Ya me enseñareis que habéis elegido ¿eh?-nos dijo Eli mientras se llevaba a mi hermano del brazo.

Hoy Nate no estaba de buen humor precisamente. Si no fuese porque es chico, diría que estaba en esos días del mes. No le hacía ninguna gracia que Eli trabajase de niñera, y menos aun, que ella hubiese llegado a mitad de la tarde por cuidar a los diablillos. La verdad, es que Eli estaba un poco rara, me echaba miraditas como si un acosador la estuviese persiguiendo. Mire a los lados, no había nadie al acecho, así que...¿Que me querría decir? ¿Algo pasó en casa de Alan?
Eli y Nate se alejaron entre el gentío, ella llevándole del brazo. Parecían una pareja, pero cualquiera que los conociese aunque solo fuese un poquito, sabría que ninguno podría sentir nunca nada por el otro. Nate considera a Eli una hermana más, y Eli considera a Nate como el hermano que nunca tuvo.
Sam y yo empezamos a mirar en tiendas para chicas. En un principio, Sam sugirió comprar algo de ropa, pero no valía. La ropa es más para un cumpleaños o para Navidad. En un aniversario hay 2 cosas que puedes comprar: perfume o joyas, y todo esto acompañado de flores.

-Nada demasiado caro-advirtió Sam-al contrario que Nate y tú, mi bolsillo no tiene mucho fondo
-Vale, pero tendrás que gastarte por lo menos hasta que te duela un poquito, si no, no es un regalo
-Esta bien...

Empezamos a mirar por la tienda pero a través del cristal de la tienda, por el rabillo del ojo, vi a Luc con una chica en la fuente. Ella parecía tímida, así que deduje que no la conocía y que intentaba ligársela. Vi levantarse a Luc y señalarle la cafetería, después desapareció dentro de ella y antes de que me diera cuenta, yo estaba sentada al lado de esa chica.

-Hola, soy Nastia-me presente con una sonrisa en la cara
-Dayan-me sonrió tímidamente
-Un nombre precioso-mire hacía la cafetería y después a ella otra vez. Y luego no se porque dije lo siguiente, pero no quería que esta chica estuviese con Luc- No deberías acercarte a Luc
-¿Que..?-preguntó ella confusa
-Ese chico no es bueno-le informe-es un pervertido que seguramente solo quiera llevarte a la cama y después deshacerse de ti-ella me miro con cara de horror
-A mi me ha parecido agradable...
-Actúa muy bien, será mejor que huyas antes de que salga de esa cafetería. Te lo digo de mujer a mujer porque no quiero que te hagan daño- mentira cochina, me importaba una mierda está chica pero por alguna razón, quise joderle el polvo a Luc

Ella recogió sus bolsas, me dio las gracias y se desapareció entre la gente. Me senté en la fuente y esperé tranquilamente a que Luc saliese de la cafetería.

Luc
Lo primero que vi al salir de la cafetería, fue a Nastia sentada en el mismo sitio en el que antes estaba Dayan. Me dirigía una sonrisa de suficiencia y un escalofrío recorrió mi espalda. Supe que me había jodido el ligue. Por segunda vez este día, me habían jodido el ligue.

-¿Que coño haces aquí?-le pregunté cabreado- ¡No! ¿Que coño has hecho?
-Solo he salvado la dignidad de esa pobre chica-se levanto y me sonrió
-¿Que pasa? ¿Que me querías solo para ti?-dije para picarla. Surgió resultado
-En tus sueños-se cruzo de brazos y no pude evitar mirar su escote-Mira, podrías haber elegido a una rubia siliconada en vez de a esa pobre chica...-decía eso, pero al mirar sus ojos supe que a ella esa chica le importaba una mierda
-¿Y solo por eso me has jodido el polvo?-ella frunció el ceño
-Que fino, oye...pues no, también fue para fastidiarte un poco-me sonrió falsamente y estaba a punto de cantarle las 40 cuando escuche una voz un tanto familiar.
-¡Nastia!-me giré hacía la voz y vi al chico rubio que había ido a recoger a Nastia y a Eli de casa de Alan, con ese cochazo. El chico me miró con mala uva.
-¡Ya voy, Sam!-gritó ella. Sam, así se llamaba el pintamonas
-¿Que? ¿Has traído al mariquita de tu novio para que te sujete tus bolsas con ropa de marca?-le pregunte sabiendo que indirectamente la estaba llamado pija. Sus ojos llamearon mientras se lamia los labios antes de decir algo, no pude evitar mirarlos
-Pues mucho más hombre que tú, es-me sonrió falsamente-Gracias por el café

Cuando me di cuenta, ella ya se estaba reuniendo con el pintamonas entregándole uno de mis cafés y ella llevándose a sus labios el otro.
Lo que me faltaba...pensé. Cogí el móvil para desahogarme con Alan. Le busque en la agenda, le di a la tecla verde y esperé.

-¿Que quieres mariquita?-contestó
-Tío, necesito desahogarme...
-No puedo ahora, estoy con Monica
-¿Pero no había dicho que no podía quedar?-pregunté cabreado. No entendía porque Alan salía con esa tipa
-Cambió de opinión...Bueno tío, que te cuelgo
-Pero déjame contarte...-empecé a decir, pero ya había colgado. Maldije a Monica por lo bajo y después a Alan.

Lo que me faltaba, me jodían dos polvos en un día, se llevaban mis cafés y, encima, me cuelgan...esto era el colmo. Decidí ir a desahogarme con mi prima y ella estuvo un buen rato riéndose de mí. Pero mientras hablaba con Selena, vi fuera de la tienda a la niñera, la amiga de Nastia. Me despedí de mi prima y me dispuse a seguirles.
Elizabeth estaba sujeta al brazo de un tipo, que identifique como el otro perro flauta que iba en el cochazo. Él le pasó un brazo por la cintura y ella apoyó la cabeza en su hombro...Así que la mosquita muerta tenía novio ¿eh? Entonces, todo lo que me dijo Alan de que a ella le incomodaba la presencia de un hombre se invalidó. Parece ser que solo le molestaba la presencia de Alan. Sonreí y le llame, estaba seguro de que esto le iba a molestar y se lo merecía por colgarme.