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Capitulo 10


Alan
-¿Y entonces? ¿Qué era eso que Luc dijo acerca de una niñera?-me preguntó Mónica.
Acabábamos de echar un buen polvo, pero qué me hubiese preguntado por la niñera lo estropeaba todo.
-Bah, una cría que mis padres han contratado...ya sabes.
Mónica se levantó de la cama y se puso el sujetador mientras hacía una mueca.
-¿Qué edad tiene?
-No sé...supongo que 17 también. 
Se dio la vuelta y me miró con el ceño fruncido.
-¿Es guapa?
A mi mente llegó el recuerdo de Elizabeth en la ducha, con la ropa mojada y pegada a su cuerpo, dejando paso libre a la imaginación de cualquier hombre.
-¿Qué? ¡No! Es una plasta, todo el día jodiendo. Hasta me pusieron un 2 en biología por su culpa.-ella se encogió de hombros y tras ponerse la camiseta se acercó a la cama.
-Me da igual que sea plasta, tonta, ciega o de otro planeta, no quiero que te líes con ella amor.-me dijo con una falsa sonrisa en la cara.
-Por supuesto que no, ya sabes que para mí, solo existes tú.
-Más te vale.
Me dio un rápido beso y tras coger su chaqueta salió por la puerta de la habitación del hotel.
Mónica era una niña rica y mimada, que tenía todo a su disposición. Solo pensaba en sí misma y en qué ponerse en cada momento del día. Ni siquiera sabía por qué seguía saliendo con ella. Al principio era diferente, quiero decir actuábamos como una pareja normal y todo, pero con el tiempo ella empezó a pasar de mí. Tendría que tener los huevos necesarios para cortar con ella, pero supongo que me acostubré a ello.
Cuando salí del hotel volvió a sonar mi móvil, era Luc. Pensé que llamaba para gritarme por haberle colgado antes, pero no era por eso.
-¿Qué pasa, tío?-le pregunté.
-No te vas a creer a quien acabo de ver...
-¿El fantasma de tu abuelo?-reí mientras caminaba por la calle hacia mi casa.
-¡Y el del tuyo cabrón! Pero en serio...acabo de ver a tu niñera...
Me llevé la mano a la cabeza y suspiré. Todo el mundo hablaba sobre ella, joder.
-Mira tío, me da igual lo que haga o deje de hacer la tonta de mi niñera, me acaba de joder un buen polvo.
-¿LA NIÑERA?
-Si...es que después de acabar Mónica me preguntó sobre ella...se me jodió la noche.-Luc soltó una fuerte carcajada y yo me mordí el puño por no ir a su lado y pegarle una buena ostia.
-Bueno pues yo acabo de ver a tu "queridísima" niñera con su novio.
-Espera un momento...¿su novio?-pregunté mientras me paraba en un semáforo.
-Si. Estaban en el centro comercial, muy acaramelados y todo. ¿No decías que le incomoda tener cerca a un hombre? ¡Pues con este, que por cierto, es el del cochazo del otro día, no tiene problemas!
-Me lo imaginaba...es que a mi me odia.-Luc soltó otra carcajada y yo cada vez me cabreaba más.-En fin, ¿y se besaron o algo?
-¿Y tú para qué quieres tantos detalles?
-¡Dimélo, Luc!
-¿Y si no quiero?-levanté una ceja aunque sabía que él no podía verme.
-¡Por Dios! No seas crío..
-¿Qué esperas Alan? ¿Qué echen un polvo en pleno centro comercial?
-Hombre uno de nosotros estuvo a punto de hacerlo...-ahogué una risa al recordar la escena que Luc me contó sobre como él y una rubia casi se lo montan en el aparcamiento, en frente del centro comercial. Y si no hubiera sido por Luc, qué quería privacidad y pensaba en los niños que estarían por ahí mirando, la tía no hubiese parado.
-Pero estamos hablando de tu niñera...¿esa tía que va mirando al suelo? Con camisetas de cuello, sin ningún puto escote o pantalones tan ajustados como los de Nastia.
-Hablando de la amiguita...¿la has vuelto a ver?
-¡Ni me la menciones!
-Eso es que si...
-Hoy me han jodido dos polvos. Uno tú y otro ella.
-¿¡No jodas!? ¿Qué hizo esta vez?
-Luego te lo cuento, que ahora me tengo que ir...-me dijo con prisa.
-¿A dónde?
-¡A hacerme una paja! ¿No te jode?
-Hombre...teniendo en cuenta que hoy te quedaste sin pinchito, ¡la necesitarías!
Me colgó de inmediato cuando yo me empecé a reír.

Elizabeth
Extiendo mi brazo y apagó el ruidoso despertador. Me froto los ojos y me levanto de la cama para ir al baño.
Ayer, en el centro comercial, quise contarle a Nastia lo que pasó con Alan-lo de la ducha y todo eso-, pero tenía miedo de que si Sam o Nate se enteraran, irían a por él y le matarían. Así que me lo ahorré. Pero hoy se lo tenía que contar.
Acabé de desayunar y caminé hasta el instituto. Llegué un poco tarde así que los pasillos estaban llenos de gente. Subí por las escaleras justo cuando escuché sonar el timbre. La puerta de mi clase estaba abierta y el profesor ya había llegado. Caminé hasta el final de la clase y me deslicé en mi asiento, al lado de Nastia.
-Llegas tarde...-me dice mientras saca sus libros.
-Ya...oye, al final, ¿qué le comprasteis a Amanda?-ella se muerde el labio inferior y sonríe vencedora.
-¡El mejor regalo del mundo! Un collar con una cadenita fina de plata y un corazón quichitín de cristal. Estoy pensando en comprarme otro igual porque es precioso.
-Me alegro de que hayáis encontrado algo.
-Oye, ¿a ti te pasa algo?
El profesor se aclaró la voz y cogió una tiza.
-Bueno días clase. Ya sé que es primera hora y todo eso, pero tenemos que acabar con la literatura del Modernismo. Así que sacad vuestros libros...
-Oye-me susurró Nastia mientras me tocaba el brazo.-¿Qué ha pasado?
-Alan...
-¡Oh no! ¡Lo mato!
-Déjamelo a mí. Ayer me metió en la ducha y me empapó entera.
-¿Por lo del trabajo de biología?
-¿Chicas pasa algo?-nos preguntó el profesor-Si tienen algo que compartir con la clase...
-No, nada señor Menchen.-contestó Nastia con seguridad.
-¿Entonces, puedo seguir con la clase?
-Por supuesto.-ella sonrió ampliamente mientras el se daba la vuelta. Luego me miró y volvió a susurrar- ¿Fue por lo del trabajo?-negué con la cabeza.
-Fue porque le tiré un helado a la cabeza.
La risa de Nastia no podría haber resonado más entre aquellas cuatro paredes.
-Señorita Benidetti, ¿le parece que lo que estoy explicando tiene algo de gracioso?
-No, señor Menchen. Jamás pensaría eso. Lo que pasa es que el señorito Iván acaba de contar un chiste y bueno...todos sabemos que los chistes de Iván nunca fallan.
-¿Así que haciendo el payaso de nuevo, señor Jonson?-el chico miró a los lados, sin comprender lo que estaba pasando y le dedicó una mirada asesina a Nasti.
-No. Claro que no. Lo que pasa es que esa idiota me odia.
Nasti estaba a punto de gritarle algo al payaso pero el profesor interrumpió.
-¿Qué acaba de decir señor Jonson?-el chico maldijo por lo bajo y tensó la mandíbula.
-Que es una idiota.
-Salga al pasillo, por favor. Y no vuelva a entrar hasta que aprenda a hablar.-Iván se levantó pegandole una patada a la mesa.-Se está ganando una expulsión.
-Pues ya estás tardando.-le contestó el muchacho mientras pegaba un portazo.
-Continuemos...
Suspiré aliviada y me puse cómoda en mi asiento. Por el rabillo del ojo vi como Nate negaba con la cabeza, enfadado por el comportamiento de su hermana, pero Sam sonreía dándole su visto bueno a lo que ella acababa de hacer.
-Eres muy mala,¿lo sabes?-le susurré.
-Se lo merecía. La otra vez me tocó salir a mi, por su culpa.
Decidimos dar por zanjada la conversación y nos concentramos en la clase. Cuando esta acabó Nastia se sentó encima de su mesa y se cruzó de piernas mientras se arreglaba el pelo.
-Oye chicas.-dijo Sam acercándose.-Dentro de nada tenemos el partido de fútbol, ¿todavía sigue en pie eso de que venís a vernos?
-Claro que sí, hombre ni lo dudes.-le contestó Nastia sonriente.
-Nos vendrá bien teneros allí.-dijo Nate mientras me deba un pequeño empujón.
-Y a todo esto...-dijo Sam metiéndose las manos en los bolsillos de los vaqueros.-¿A ti que tal te va con esos niños?-suspiré y me encogí de hombros.
-Bien...
-¡Oye! ¡Al final no me has contado por qué le tiraste el helado a la cabeza a Alan!
Vi como los dos chicos se giraban bruscamente para mirarme.
-Eee...esto...bueno porque se le cayó al suelo y me dijo que lo recogiese.
-¡Bien hecho!-me dijo Sam mientras chocábamos los cinco.
-Pues a mi me parece que deberías de dejar de trabajar allí, ¡pero ya!
-Nate, por favor, ya hemos tenido esta conversación.
-Pues eso, Eli, ya la hemos tenido, pero veo que tú o no me escuchas o te cuesta captarlo.
-A ver nenes, si os preocupa Eli, podéis estar tranquilos, esta tarde yo voy con ella.
-¡Genial! ¡Eso ayuda que no veas...!-le espetó su hermano cabreado.
Cansada ya de todo aquello me di la vuelta y salí del aula. Quería ir a EEUU con mis compañeros, y si para eso tenía que aguantar al capullo de Alan y a sus dos hermanos subnormales, junto con el amigo Casanova, ¡pues lo hago y ya está!

Alan
-Chicos tenéis que entregar un trabajo para el lunes. Quiero que me busquéis información acerca de "La segunda Guerra Mundial". Mínimo dos folios, máximo cinco.
Un fuerte murmulló se oyó en la clase, ya que mis compañeros exponían sus quejas. Miré a Luc y este suspiró mientras se tumbaba aún más en su silla.
-¿Por parejas o individual?-preguntó uno de nuestros compañeros.
-Como queráis. El caso es entregármelo el lunes.
La profesora recogió sus cosas en cuanto tocó el timbre y yo di un salto de mi silla, poniéndome en pie y buscando a Mónica con la mirada, pero ella ya había salido de clase.
-¿Lo hacemos los dos?-me preguntó Luc. Levanté una ceja y le sonreí descaradamente.
-Querido amigo, tengo novia.
-Me refería al trabajo, payaso.-me senté en la mesa y apoyé mis piernas en la silla.
-Lo sé.




2 comentarios:

  1. Asdfghjkl *-* Me encanta!! Por dios subid más!!!!!!

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  2. ¡Me ha encantado! Espero el siguiente con impaciencia.
    Besos angelicales:3
    http://elbesodelangel.blogspot.com

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