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Capitulo 1


Amy
Abrí la puerta del apartamento y entré, tirando de las dos maletas. Dejé las llaves encima del pequeño mueble que había en la entrada y miré a mi alrededor. Olía a lugar cerrado y el aire estaba seco. Las paredes del pasillo estaban pintadas de un impecable amarillo claro y del techo colgaba una lámpara redonda del mismo color. Seguí caminando hasta dar con el salón. No era una gran cosa, dos sofás negros bastantes pequeños, una mesita de cristal en medio y la estantería. Bienvenida a tu nuevo hogar, pensé con una sonrisa en los labios.
Estaba colocando la ropa en el armario cuando escuché abrirse la puerta. Sabía que Cassie no llegaría hasta el siguiente día por la mañana, así que me pregunté quien sería. Me levanté del suelo y me enderecé, saliendo al salón.
-Oh, hola.-me dijo una dulce voz.
Observé a la chica que tenía delante. No podía tener más de un metro sesenta, su pelo rubio acababa en lindos tirabuzones sobre su pecho y sus ojitos pequeños y marrones me miraban fijamente.
-Hola. Debes ser la otra inquilina, ¿cierto?-le pregunté. Ella me sonrió y asintió.
-Si, soy April.-me tendió la mano y yo se la estreché.
-Soy Amy. Encantada.
-Lo mismo digo.-se apoyó en su maleta y miró alrededor.-Un lugar agradable. ¿Solo estamos tú y yo aquí?
-De momento sí, pero Cassie llegará mañana.
Me pasé las siguientes horas hablando con ella. April era muy agradable. Por su físico daba la impresión de ser una dulce niña inocente, y a nada que comenzabas a hablar con ella te dabas cuenta de que efectivamente era alocada, juguetona y algo infantil. Ella también iba a ir a la fiesta de bienvenida que se organizaría esa noche, así que estuvimos preparándonos y alrededor de las nueve salimos de casa.
Eran principios de octubre y fuera, el aire estaba frío y el viento era fuerte. La fiesta se celebraba en la casa de un chico de último año, bastante lejos de la Universidad, pero aún así podías llegar a pie en menos de veinte minutos. Cuando llegamos, me separé de April y comencé a mezclarme con la gente. Hablé con un par de chicas y chicos muy agradables y conocí a algunos de mis futuros compañeros.
-¿Necesitas ayuda?
Me di la vuelta y mi boca casi cae abierta. Un chico con el pelo rubio y rizado estaba plantado detrás de mí. Tenía unos ojos de color azul intenso, una mandíbula cuadrada, labios gruesos y rosados...tan apetecibles. Llevaba las manos metidas dentro de los bolsillos de los vaqueros, con aire despreocupado y en su cara tenía plantada una sonrisa juguetona.
-Huh...no. Gracias de todas formas.
Me di la vuelta de nuevo hacia la mesa de las bebidas.
-Si me dijeras lo que buscas...-le oí decir mientras se acercaba a mí por detrás.-Podría encontrártelo rápidamente.
Sentí su aliento en mi nuca por unos segundos antes de qué él se pusiera a mi lado, rozando mi brazo con el suyo.
-Buscaba algo con poco alcohol, pero solo encuentro vodkas y whiskys.
Le miré y él me mostró una sonrisa amplia y abierta, mostrando sus maravillosos dientes perfectos.
-Conque algo más leve, ¿eh? ¿Te vendría bien una cerveza?-asentí y él me señaló algún punto de la casa con la cabeza-Anda, ven.
Le seguí hasta la cocina, con cuidado de no tropezarme con la gente. Él abrió el frigorífico como si estuviera en su propia casa y sacó dos latas de cerveza. Me tiró una y la cogí en el vuelo. Luego pasó uno de sus brazos por mis hombros y tiró de mí hacia el jardín, al lado de la piscina. Nos sentamos en unas tumbonas, uno al lado del otro y abrimos nuestras latas. Le di un trago a la mía y le miré. Tenía ganas de estirar la mano y coger uno de los tirabuzones de su pelo entre mis dedos, me preguntaba como se sentiría.
-Soy Ronald Thompson.-me dijo tendiéndome una mano.
-Amy Fox. Encantada.
-Lo mismo digo dulzura.-me guiñó un ojo y le dio un trago a su cerveza.-¿Eres de primer año?-Asentí.-Me lo imaginé, no te había visto por aquí.
-Bueno...-dije colocándome mejor en la tumbona, quedando prácticamente de frente a él.-tampoco creo que conozcas a toda la gente de esta Universidad.
Él se rió y negó con la cabeza. Imitó mi gesto, colocándose mejor y quedando cara a cara conmigo.
-Créeme, conozco a todos y cada uno de ellos.
Levanté una ceja y miré a mi alrededor. El jardín estaba lleno de personas. Era imposible que el conociera a todos los que iban a nuestra Universidad. Ni siquiera los profesores conocen a todos. Le señalé a una chica rubia que llevaba una mini falda roja y el el pelo recogido en una coleta.
-Esa. ¿Quién es?
-Cariño, me lo pones fácil. Emma Rogers. Estuvo saliendo con uno de mis amigos.
-Pura suerte.-le espeté. Volví a recorrer el patio y esta vez le señalé a un tío vestido con unos pantalones caqui y unos mocasines. ¡Já!- ¿Y ese?
-Le llamamos Tommy, aunque su nombre es Tom no sé qué. Es uno de los chicos del club de ajedrez. Bastante friki, pero el tío es un crack.-se encogió de hombros y volvió a darle un trago a la cerveza.
-Pues hay dos opciones.-Ronald levantó una ceja, animándome a compartir mis pensamientos con él. Levanté el dedo índice de mi mano derecha-Uno, me has mentido y en realidad no tienes ni puta idea de quien son esas personas...-ambos soltamos una carcajada y yo levanté otro dedo-Dos, has tenido suerte de que te hayan tocado personas conocidas.
-O tres...-dijo él acercando su mano a la mía y levantándome otro dedo.-He tenido razón y en realidad conozco a toda esta gente.
Le miré por un momento e hice una mueca.
-Nah, poco creíble.
Ronald se encogió de hombros y decidió cambiar de tema.
-Y bien, ¿qué estas estudiando?
-Filología inglesa. Es por eso que estoy estudiando en esta Universidad.
-¿A qué te refieres con "en esta Universidad"?-me preguntó entrecerrando los ojos.
-Bueno, podría haberme ido a alguna que quede cerca de mi casa, en España, pero he decidido viajar hasta Londres para poder aprender mejor.
Abrió los ojos como platos y sonrió.
-¿Qué pasa?-le pregunté.
-Resulta que estamos estudiando lo mismo y por el mismo motivo.
Me lo dijo en español así que abrí la boca y me reí.
-¡No me lo creo! También eres español.
-Si nena, de Madrid.
-Oh, ¿y por qué no me lo has dicho antes?
-No sabía que eres española. Mi inglés es bueno y no sé distinguir los acentos, así que como tu también eres buena no me di cuenta de qué podías ser extranjera.-se levantó de la tumbona y me tendió la mano-¿Te apetece bailar?
La gente saltaba y movía sus manos y cinturas. El aire se sentía cálido, húmedo y pesado. Y además la música estaba demasiado alta. Pero pese a eso me sentía bien, disfrutaba. Era la primera vez, en años, que me sentía libre.
Había estado estudiando en un internado privado desde que tenía doce. Siempre controlada y vigilada por profesores y guardias. Además, mi internado era de monjas y allí solo estudiábamos mujeres. No es que haya sido la peor adolescencia de la historia, pero aún así no era la mejor que alguien podría pedir. Sin chicos a la vista, sin revistas o internet durante todo lo que duraba el curso y rindiéndole cuentas a mis padres de cada pequeño desliz que hacía, los cuales se fueron esfumando con el tiempo. Aprendí a ser una chica culta y educada. Atenta y sumisa a lo que mis padres decían. Ordenada y responsable. Y sobre todo, hice que mis padres se sintieran orgullosos de mí. No es que quisiera poder rebelarme por todos esos años de prisión, pero sí aprovechar la libertad que tenía.
Ronald bailaba junto a mí, nos reíamos y disfrutábamos del momento. Me cogió de la cintura, y se movió conmigo, aunque mantenía una cierta distancia entre ambos. Bailamos y bailamos y yo cada vez nos íbamos cansando más y más. Me di la vuelta, el me cogió de las caderas y me acercó del todo a su cuerpo. Eché mi cabeza hacia atrás, apoyándola en su hombro y sentí su nariz y su aliento en mi cuello.
-¡Mira quién está aquí!-gritó alguien.
Ronald me soltó y se dio la vuelta para saludar al chico. Cuando yo entré en su campo de visión, el chico levantó una ceja, me miró de arriba abajo y silbó, un sonido que apenas fue perceptible debido a la música.
-¡Me encantan las pelirrojas!-declaró.-Ron, ¿dónde la encontraste?-se acercó un paso y me tendió su mano.-Soy Dereck.
-Amy. Encantada.
Sin siquiera darme tiempo a reaccionar, me plantó un beso en cada mejilla y sonrió. Los pequeños pendientes de falso diamante que llevaba en las orejas brillaban por la luz y de su mano colgaba una botella. Levaba el pelo corto, de color azabache y peinado hacia arriba. Sus ojos marrones se clavaron en los míos unos momentos antes de desaparecer.


-¡AMY! ¡AMY!
Alguien me zarandeó y yo me limité a volver a taparme con la sábana y meter la cabeza debajo de la almohada.
-¡Venga chica! ¡Cassie ya está aquí!
Cuando escuché esto último tiré lejos la almohada y me levanté, quedándome sentada en la cama.
-¡CASSIE!-grité emocionada.
Mi amiga se echó a mis brazos y la abracé con fuerza.
-Oh nena-me dijo-Te he echado tanto de menos.
Se sentó a mi lado en la cama y me sonrió.
-Si, claro que me echaste de menos. Estoy segura.-dije con ironía-De lo único que me has hablado en las últimas semanas es de tu taaan PERFECTO novio.
Cassie se dejó caer de espaldas en la cama y sonrió como una niña tonta.
-Lo siento, Amy, de verdad. Solo que...bueno él es irresistible.
-Seguro que sí. No dejas de hablar de él.-le dije mientras me levantaba de la cama y me hacía una coleta alta.
-Cambiando de tema. ¿Cómo estuvo la fiesta?
La miré a través del espejo y sonreí.
-Genial. Si no te hubieses ido a visitar a tu abuela lo sabrías.
-Oye, lo siento.-me contestó a la defensiva.-Es la mujer que me da la propina. No puedo dejarla plantada.
Solté una carcajada y me volví a acercar a ella para abrazarla.
-Te he echado tanto de menos...

1 comentarios:

  1. ¡¡¡No!!! Muerte para mi! Empezáis nueva novela y.. Con Ronald y Jake ??? Eso es FLIPANTE!!! Y además, podría naparecer unos viejos Eli y Alan & Luc y Nastia. SERÍA FLIPANTE!!! Subid pronto otro capi!!

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