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Capitulo 48


Alan
Si algún imbécil se pensaba que se podría ir de mi bar sin pagar, estaba muy equivocado. Salí corriendo del local y crucé la esquina. Al hacerlo, me tropecé con alguien y lo aparté de inmediato, articulando un apenas audible "lo siento". Seguí corriendo mirando a mi alrededor, buscando a la persona que salió sin pagar.
-No...me apetece...seguir corriendo toda la...noche.
Me paré en seco y me di la vuelta. A unos cuatro metros de mí, una chica estaba doblada por la mitad, respirando etrecortadamente. Se enderezó y se apartó el pelo de la cara.
-Me hubiese gustado escuchar un "hola".-me dice sonriente.
Apenas daba crédito a lo que mis ojos estaban viendo. ¡Eli! ¡Eli estaba aquí! Eché a correr de nuevo, pero esta vez fue hacia ella. Tomé su cara entre mis manos, me acerqué a ella y junté mis labios a los suyos. No sabía que demonios hacia aquí, pero había pasado tanto tiempo desde la última vez que la vi, que las palabras eran lo de menos. Eli estaba agotada por la mini carrera pero siguió el duro ritmo que marqué sin rechistar, moviendo sus labios con agilidad encima de los míos. Cuando me paré para tomar aire, nuestras frentes estaban pegadas y ambos sonreíamos.
-¿Qué demonios...haces aquí?-le pregunté.
-¡Feliz cumpleaños! ¿Cómo podía faltar para tus dulces 18?
Sonreí y nos volvimos a besar.

Elizabeth
-Enanos...-dijo Alan.-¡Adivinad quien está aquí!
Él abrió la puerta y los demás entramos. Los dos gemelos corrieron en dirección a Nasti y a mí y saltaron a nuestros cuellos.
-¡¡Habéis vuelto!!
Caminamos hacia el salón y nos sentamos en el sofá, Nastia sosteniendo a Jake en su regazo y yo a Ronald.
-¿Serás nuestra niñera de nuevo?-me pregunta Ronald.-¡Di qué sí! ¡Di qué sí!
Sonreí pero negué con la cabeza.
-No cariño.-le aparté su ondulado pelo rubio de la cara-Yo ya no necesito dinero además es verano y estoy de vacaciones. Tengo planes y no puedo seguir cuidando de vosotros.-Eché una rápida mirada hacia Alan y el me guiñó un ojo.
-¿Y tú tampoco vas a venir más?-le preguntó Jake a Nasti.
-¡Oye, oye! Qué aquí nadie ha dicho que no vayamos a venir más, solo que ya no nos pagarán por hacerlo. Además creo que a Eli la veréis mucho por el cuarto de Alan.
Nasti nos guiñó un ojo y mis mejillas se pusieron rosadas mientras que Luc reía.
-¿Por qué?-me preguntó Ronald con los ojitos bien abiertos.
-Oye...¿no es hora de vuestro desayuno?-preguntó el hermano mayor.
Mientras todos cooperábamos para hacer el desayuno a los pequeños angelitos-¿cómo pasé yo a llamarles así?-ellos jugaban a tirarse pedacitos de pan. Los dejamos a ambos en la cocina y volvimos al salón. Estaba muy cansada, ya que anoche después de ver a Alan me fui a mi casa, donde el interrogatorio de mis padres acerca de Nueva York duró aproximadamente dos horas. Para cuando me metí a la cama eran ya las 3 y media de la madrugada. Me desperté a las nueve, o mejor dicho, Nastia me despertó a las nueve, para venir a ver a los pequeños, aunque ambas sabemos que ella a quien quería ver es a Luc. Todavía no me había dado detalles de lo que pasó la noche anterior, pero la sonrisa no se le borraba de la cara.
Me dejé caer en el sofá y Alan se sentó a mi lado, rodeándome con su brazos y acercándome a su pecho. Sonreí y puse mi cabeza encima del espacio que había entre su cuello y su pecho.
-¿Estás cansada?-susurró contra mi sien. Asentí.-Puedes subir a mi cuarto y descansar un rato.
-No si al final va a ser verdad lo que yo dije.-argumentó Nastia.
La miré y me di cuenta de qué estaba apoyada contra el hombro de Luc y el tenía uno de sus brazos alrededor de su espalda. Sip. Algo había pasado.
-Veinte pavos a que Alan está en celo y necesita un polvo.-le dijo Luc a mi amiga.
-Ja. Ja. Ja.-se burló Alan.-Anda cariño, vamos arriba que me parece que los que se están calentando aquí son otros.-levantó y bajó sus cejas varias veces, en un toque juguetón.
Agarré la mano que me tendía y me levanté del sofá. Subimos por las escaleras hasta su cuarto y me desplomé en la cama. Me encantaba su cama. Era dura, pero las sábanas eran suaves y delicadas. Él se tumbó a mi lado y me abrazó tirando de mi cuerpo contra su pecho.
-¿Por qué no me dijiste que vendrías?-me preguntó.
-Bueno...no sería una sorpresa si te lo hubiera dicho.
Su mano derecha acariciaba mi brazo y podía sentir su aliento encima de mi cabeza.
-Antes de que llegarais vi el vídeo que me hicisteis.-levanté la mirada para verle.-Un regalo muy original. Gracias. -me besó en el cabello y sonrió.
Me levanté y me quedé sentada con las piernas cruzadas.
-En realidad ese era un regalo de Nasti y yo...pero yo tengo otro para ti.
Se levantó y me miró con curiosidad, sus pupilas brillando con intensidad.
-¿A sí?
Asentí y metí la mano en mi bolsillo. Había estado pensando en qué comprarle por mucho tiempo, nunca se me ocurría nada que pegara con él. Pero creo que finalmente lo encontré.
Saqué un colgante de mi bolsillo y se lo dí. La cadena era de cuero negro y de ella colgaba una letra A gruesa de plata. Sonrió cuando se lo entregué y yo ya sabía que me iba a decir.
-Me encanta.
-Pero...-cogí el colgante de su mano y le puse la letra A de lado. A lo largo de una de las líneas de plata con las que estaba hecha ponía en letra pequeña Elizabeth.-¿Eso también te gusta?
Esta vez no obtuve una respuesta compuesta con palabras, sino un beso. Un suave y dulce beso inocente en los labios.
-Pequeña niñera tonta ya estás tardando en ponérmelo.
Solté una carcajada y me deslicé detrás de él para atarle el collar al cuello.
-Ya está.
Alan alargó uno de sus brazos y me agarró, tirándome sobre la cama.
-Te equivocas. Esto apenas comienza.


Alan
-¿Mañana nos vemos?-le pregunté mientras me apoyaba en el marco de su puerta.
-Mmmm creo recordar que mi mamá dijo algo acerca de ir al centro comercial, pero intentaré hacerte un huequito en mi ocupadísima agenda.
Sonreí y tiré del cinturón de sus shorts, hasta pegarla a mí.
-¿Tan ocupada estás?-murmurré contra sus labios.
-Depende para quien.
-¿Para mí?
-Nunca.
Envolvió las manos en mi cuello y yo la besé. Apenas había acercado mis labios a los suyos, su portal se abrió. Eli se alejó de inmediato y yo me pasé la mano por los labios.
-Buenos días, mamá.-dijo Eli.
¡Oh Santa mierda! Levanté la vista y me encontré con una mujer que me miraba de forma amenazadora.
-¿Y no nos presentas?-dijo ella fingiendo una sonrisa demasiado falsa.
-Ah, claro. Mamá este es Alan, Alan está es mi mamá, María.
-Encantada de conocerla señora.-le tendí mi mano.-Lamento que nos hayamos conocido de esta forma.
-Yo también.-me contestó ella mientras me estrechaba la mano.-Ambas cosas. ¿Por qué no pasas a tomar algo?-esta vez su cara se relajó y su sonrisa era natural.
-Gracias.
Seguí a María al interior mientras que Eli me sujetaba la mano.
-Es muy maja, te caerá bien.

2 comentarios:

  1. Oh dios,el difícil trago de conocer a los padres de tu pareja jajajajaaj el siguiente capitulo va a ser genial ^^ qué ganas de leerlo.

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  2. Bien! cada vez va a mejor. Los amo! Aver como lo pasa Alan al conocer a María ( esperemos que no sea mala) Jajajaja. Siguientee

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